Expertos advierten crisis estructural en Comibol con plantas paralizadas
La minería estatal boliviana enfrenta un modelo obsoleto y falta de inversión efectiva. Según analistas, proyectos clave como Mutún, Huanuni y Colquiri operan a medias o están paralizados, desperdiciando recursos públicos. La refundación de Comibol se plantea como solución urgente.
«Comibol languidece bajo un código minero de 1977»
Héctor Córdova, expresidente de Comibol, denuncia que la empresa estatal «sigue igual que hace 30 años», sin modernización ni recuperación de minas clave. «Las operaciones están maltrechas», afirma, citando los casos de Mutún, donde la planta de reducción directa (DRI) no funciona, obligando a importar hierro de Brasil. En Huanuni, el ingenio Lucianita enfrenta resistencia interna de trabajadores, mientras en Colquiri un proyecto estratégico de zinc «nunca se concretó».
Litio: promesas incumplidas y contratos cuestionados
Córdova critica que la industrialización del litio «se estancó en producción de materia prima». Las plantas operan al 50% de capacidad, y solo 78 de 160 piscinas funcionan. Además, cuestiona los acuerdos con empresas chinas y rusas: «No son convenientes para el país». Justo Zapata, académico de la UMSA, coincide: «Bolivia se quedó en la etapa primaria», sin avanzar a fundición como en el caso de Vinto.
Educación y control estatal: claves para refundar el sector
Ambos expertos proponen programas académicos especializados para formar ingenieros y geólogos que fortalezcan Comibol. Zapata insiste en que «el capital de Bolivia está en su subsuelo», con reservas para dos siglos, pero urge romper el ciclo extractivista. También exigen que el Estado recupere el control de la explotación aurífera, actualmente en manos de cooperativas, para evitar «pérdida de patrimonio sin retorno social».
Una minería sin brújula política
Comibol fue pilar del desarrollo minero boliviano, pero hoy opera bajo normas obsoletas y sin reformas. Proyectos como Mutún (con crédito chino) o Huanuni reflejan inversiones millonarias sin resultados. El litio, pese a su potencial, sigue atrapado en la extracción básica, mientras la explotación de oro beneficia a actores informales.
¿Hacia una minería con rostro humano?
La crisis de Comibol evidencia más que mala gestión: falta de visión estratégica. Sin refundación y formación técnica, advierten los expertos, el sector no podrá generar valor agregado ni desarrollo sostenible. El silencio político sobre el tema agrava el problema, dejando al país en desventaja frente a su propio potencial mineral.