Volkswagen enfrenta juicio en Brasil por esclavitud en la Amazonía
La multinacional alemana es acusada de explotación laboral en los años 70. Un juicio histórico en Brasil busca responsabilizarla por abusos sistemáticos en una hacienda ganadera de 140.000 hectáreas. El caso resurgió gracias a archivos de un sacerdote.
«Nos vendieron como animales»: el infierno de Cristalino
Entre 1974 y 1986, Volkswagen Brasil dirigió una operación ganadera en Pará donde cientos de trabajadores fueron reclutados bajo engaño, aislados y torturados. «Dormíamos bajo plásticos, todos estaban armados», testimoniaron víctimas. La empresa usó reclutadores informales («gatos») para llevar a campesinos pobres a la selva, donde quedaban atrapados por deudas y amenazas.
La prueba que rescató el olvido
El sacerdote Ricardo Rezende Figueira guardó durante décadas 1.000 páginas de testimonios e informes que detallan palizas, muertes y trabajadores cosidos sin anestesia. En 2019, al ver que Volkswagen omitía este capítulo al reconocer su vínculo con la dictadura, entregó los documentos al fiscal Rafael Garcia.
La defensa de Volkswagen
La empresa alega que solo era accionista de la subsidiaria Vale do Rio Cristalino y no tuvo control directo. Sin embargo, documentos muestran que su entonces presidente en Brasil, Wolfgang Sauer, figuraba en la dirección del rancho. Un exdirector suizo incluso declaró en 2017: «El brasileño es una mala persona».
Cuando el «desarrollo» encubría crímenes
El proyecto coincidió con la dictadura militar brasileña (1964-1985), que promovía la colonización de la Amazonía. Volkswagen aprovechó subsidios estatales para desmontar selva y criar 100.000 reses, bajo la idea de que «el mundo necesitaba autos y carne». Las denuncias fueron ignoradas por décadas.
Justicia tardía, memoria viva
El juicio, que exige 30 millones de dólares en indemnizaciones, es el primer intento de Brasil por responsabilizar a una multinacional por esclavitud moderna en la Amazonía. Para Rezende, más allá del dinero, es una lucha contra el olvido: «Solo conocemos los relatos de quienes lograron huir».