Decisión técnica de Netscape en 1995 fortalece monopolios digitales actuales
La política del mismo origen aisló las webs y consolidó el poder de gigantes como Google y Meta. Una solución de seguridad creada hace 30 años explica por qué cada revolución tecnológica beneficia a las mismas empresas. El exdirectivo de Google Alex Komoroske analiza este «triángulo de hierro» del software moderno.
«El agua que talla su propio cauce»
La política del mismo origen, diseñada por Netscape en 1995, impide que las webs compartan datos entre sí. «Cada aplicación se convirtió en una fortaleza», explica Komoroske. Esto generó silos de información que hoy refuerzan el dominio de Apple, Google o Meta, ya que los usuarios optan por servicios que centralizan sus datos para evitar fricciones.
El dilema de seguridad que lo cambió todo
Los ingenieros de Netscape enfrentaban un problema: cómo ejecutar código sin comprometer datos sensibles. Su solución —aislar cada web— creó el «triángulo de hierro»: los sistemas solo pueden garantizar dos de tres elementos (datos sensibles, acceso a internet y código no confiable). Esto sigue definiendo la arquitectura de internet.
La IA hereda el mismo problema
Aunque los modelos de lenguaje (LLMs) permiten crear software rápidamente, reproducen los silos de datos. «Más aplicaciones significan más lugares donde tus datos quedan atrapados», señala el texto. La IA necesita contexto para ser útil, pero el modelo actual obliga a elegir entre compartirlo todo o nada.
¿Hay solución en el horizonte?
Komoroske menciona que los «enclaves seguros» en chips modernos podrían permitir compartir datos sin riesgos. La IA, al evidenciar las limitaciones actuales, abre una oportunidad única para cambiar un paradigma que lleva tres décadas favoreciendo la concentración de poder.
Cuando internet eligió su camino
En los 90, la web priorizó la seguridad sobre la interoperabilidad. Netscape, entonces dominante, estableció sin saberlo las reglas que hoy benefician a sus sucesores. Cada innovación —redes sociales, móviles, IA— ha fluido hacia los mismos canales, como el agua que sigue la pendiente de menor resistencia.
Un futuro atado al pasado
Mientras persista este modelo, las grandes tecnológicas seguirán creciendo con cada avance. La IA podría romper el ciclo, pero requiere adoptar nuevas arquitecturas de seguridad. El «triángulo de hierro» sigue definiendo quién controla —y quien pierde— en la era digital.