Suplementos de omega-3 reducen la agresividad en un 30%, según estudio
Un metaanálisis de 29 estudios confirma que estos ácidos grasos disminuyen la ira reactiva y planificada. La investigación, publicada en Aggressive and Violent Behavior, analizó datos de 3.918 participantes entre 1996 y 2024. Los expertos recomiendan su uso como complemento, aunque advierten de limitaciones.
«No es una bala mágica, pero ayuda»
El estudio liderado por Adrian Raine revela que los omega-3 reducen un 30% los niveles de agresividad, independientemente de edad, género o dosis. Estos ácidos grasos, presentes en pescados como el salmón o en nueces, actúan tanto contra la ira espontánea como la premeditada. «Debemos actuar con este nuevo conocimiento», afirma el coautor.
Más allá del corazón
Aunque tradicionalmente se vinculan a la salud cardiovascular, los omega-3 también impactan en la conducta. Investigaciones previas ya asociaban estos nutrientes con efectos neurológicos, como la reducción de síntomas en esquizofrenia. El nuevo metaanálisis consolida su papel en la regulación emocional.
Falta saber cómo y por cuánto tiempo
Los autores reconocen que se desconocen los mecanismos bioquímicos exactos que explican este efecto. Además, la mayoría de los estudios analizados midieron impactos a corto plazo. «Necesitamos evaluar su eficacia a largo plazo», señala Raine. Pese a ello, destacan su seguridad como suplemento accesible.
De la sardina a la farmacia
Los omega-3 se obtienen naturalmente de pescados azules (bonito, caballa), frutos secos o semillas, pero también se comercializan en cápsulas. Su consumo ya estaba recomendado para reducir triglicéridos o prevenir arritmias. Ahora, se suma como posible aliado contra la violencia.
Un suplemento con (moderado) superpoder
La evidencia sugiere que los omega-3 podrían integrarse en estrategias para manejar la agresividad, aunque no sustituyen a otros tratamientos. Su bajo riesgo y disponibilidad los convierten en una opción a considerar, mientras la ciencia sigue explorando sus límites.