Anapo prevé producir 100 mil toneladas de trigo en invierno 2025
La producción nacional solo cubre el 25% de la demanda interna. La Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo (Anapo) anunció este avance durante la presentación del 32º Día Nacional del Trigo, que se celebrará en Okinawa Uno, Santa Cruz. Pese al crecimiento, Bolivia sigue dependiendo de importaciones.
«El trigo es vital, pero la importación domina»
Jaime Hernández, gerente general de Anapo, destacó que la recuperación se debe a mejores condiciones climáticas, aunque advirtió: «Dependemos de importaciones y contrabando, principalmente desde Argentina». Según el IBCE, en 2024 Bolivia importó 420 mil toneladas de trigo y harina, mientras la producción local apenas alcanza 20-25% de la demanda anual (850 mil toneladas).
Santa Cruz, el corazón triguero
El departamento cruceño concentra más del 70% de la producción nacional. Sin embargo, la sequía en 2024 redujo la superficie sembrada a 80.000 hectáreas, con una cosecha de solo 35.000 toneladas. Para 2025, Anapo proyecta sembrar entre 100.000 y 110.000 hectáreas, pero subraya la necesidad de políticas públicas que incentiven el cultivo con acceso a biotecnología y precios justos.
Tecnología y precios: claves para la soberanía
En el 32º Día Nacional del Trigo, 40 entidades presentarán avances tecnológicos a 1.500 productores, desde semillas mejoradas hasta manejo sostenible de suelos. Hernández insistió en que «el Estado debe fijar un precio mínimo anticipado», como ya hizo Emapa en años anteriores, cuando se lograron producciones récord de 250.000 toneladas.
Un cultivo caro, pero estratégico
El trigo compite con cultivos como sorgo o girasol, que requieren menor inversión. «Sembrarlo es más riesgoso, pero esencial para rotar cultivos y reducir importaciones», explicó Hernández. Anapo busca reactivar la siembra con este evento, aunque admite que el éxito dependerá de decisiones gubernamentales y condiciones climáticas.
Pan con sabor a dependencia
Bolivia arrastra una brecha histórica entre producción y consumo de trigo. Pese a esfuerzos puntuales, la falta de incentivos sostenidos y la variabilidad climática mantienen al país atado a mercados externos. Santa Cruz lidera la producción, pero incluso sus mejores cifras distan de cubrir la demanda.
¿Harina propia o prestada?
El aumento proyectado para 2025 es un paso, pero insuficiente. La reducción real de importaciones exigirá políticas agrícolas a largo plazo y mayor adopción tecnológica. Mientras, el contrabando y la fluctuación de precios seguirán retando a los productores locales.