Rusia multiplica su producción de drones en una fábrica secreta para la guerra en Ucrania
La planta de Alabuga fabrica 5.200 drones mensuales, según fuentes rusas. El complejo industrial, operado en parte por adolescentes, ha acelerado la producción de modelos como el Geran-3, capaces de superar defensas ucranianas. Ucrania responde con interceptores y tecnología occidental.
«Guerra de enjambres»: saturación táctica sin precedentes
Rusia ha intensificado el uso masivo de drones baratos para desbordar las defensas ucranianas. Entre abril y junio de 2025, el 15% de estos artefactos impactaron sus objetivos, triplicando la tasa de éxito previa. La noche del 9 de julio marcó un récord: 728 drones y misiles lanzados en una sola oleada.
El Geran-3: velocidad letal
La versión turboalimentada del dron ruso alcanza 800 km/h en picado, evadiendo armamento antiaéreo tradicional. Los Shahed modificados vuelan a mayor altitud, explotando vulnerabilidades en las defensas ucranianas. «No es debilidad ucraniana, sino adaptación rusa», señala el análisis táctico.
Alabuga: la fábrica del «terror asequible»
El complejo industrial en Tartaristán, mostrado en un vídeo oficial, ensambla drones suicidas Geran con adolescentes en líneas de montaje. Timur Shagivaliev, director de la Zona Económica Especial, afirma que producen 5.200 unidades mensuales, nueve veces más de lo previsto. «La mayor planta de su tipo en el mundo», según Moscú.
El arma asimétrica: costo vs. eficacia
El Geran-2, basado en el modelo iraní Shahed-136, cuesta entre 35.000 y 49.000 dólares, frente a los millones de un misil Patriot. Con 50 kg de ojiva y 1.800 km de alcance, su producción masiva permite ataques por saturación. La inteligencia ucraniana advierte que Rusia planea lanzar 2.000 drones simultáneos contra Kiev.
Ucrania contraataca con interceptores y tecnología
Zelenski anunció un acuerdo con Eric Schmidt (ex Google) para producir cientos de miles de drones defensivos. Estos interceptores, con velocidades de 200 km/h y alcance de 6 km, ya derriban decenas de Shaheds semanalmente. Sistemas como el Oerlikon Skynex y bloqueos GPS complementan la estrategia.
Carrera industrial: la nueva batalla aérea
El conflicto se ha convertido en un laboratorio de guerra no tripulada, donde la producción y adaptación rápida definen el éxito. Andrew Turner, experto militar, describe un ciclo de «medidas y contramedidas que se renuevan cada 14 días». La balanza ahora depende de capacidad fabril y algoritmos, no solo de armamento tradicional.
Un frente sin tregua
Rusia apuesta por volumen y saturación; Ucrania, por interceptores y colaboración occidental. El escenario actual redefine la guerra moderna: software y fabricación masiva sustituyen a cañones. La eficacia ya no se mide en tanques, sino en enjambres de máquinas autónomas y velocidad de adaptación.