Columnista boliviano despide a su perro Spike tras 12 años de compañía
El animal, rescatado de la calle, falleció a los 17 años. Arturo Yáñez Cortés relata en una columna emotiva la vida del can, desde su adopción hasta su deterioro por la vejez. La despedida se publicó el 21 de julio de 2025 en El Correo del Sur.
«Un legado de travesuras y lealtad»
Spike fue adoptado tras ser abandonado en un barrio de Santa Cruz, donde formaba parte de una «pandilla» de tres perros callejeros. Con el tiempo, se adaptó a la vida doméstica, aunque mantuvo su espíritu rebelde: «Correteaba motociclistas y ladraba a mochileros», escribe Yáñez. Su vitalidad y picardía lo convirtieron en un personaje local, incluso apareciendo en notas periodísticas.
Rescates y aventuras
El columnista detalla múltiples anécdotas, como cuando Spike desapareció tres días y regresó magullado, o cuando fue llevado a la perrera por error. En esa ocasión, Yáñez lo rescató con ayuda de un veterinario y los llevó a una parroquia para agradecer: «Se escaparon saltando por la ventana».
Los últimos años
Aunque envejeció con achaques como tumores y problemas de movilidad, conservó su apetito voraz y su actitud de «galán». La llegada de Thunta, otra perra adoptada, lo obligó a compartir su reinado en casa. Finalmente, murió este sábado tras perder la movilidad en sus patas traseras.
De callejero a emperador del hogar
Spike pasó de ser un perro abandonado a un miembro querido de la familia, desafiando estereotipos sobre los animales callejeros. Su historia refleja la cultura cruceña de adoptar mascotas sin pedigree y los vínculos emocionales que generan, pese a sus travesuras.
Un adiós con música clásica y uñas sin cortar
Yáñez cierra recordando detalles íntimos, como los paseos con música de fondo o las batallas para cortarle las uñas. Spike murió rodeado de amor, dejando un vacío en su hogar y un legado de anécdotas que trascendieron su barrio.