El buque Monna Lisa despliega cables submarinos con precisión centimétrica
El barco más grande del mundo en su categoría opera desde 2025 para tender y enterrar cables hasta 3.000 metros de profundidad. Fabricado por Prysmian por 250 millones de euros, fortalece la infraestructura global de internet.
«Un gigante tecnológico en aguas profundas»
El Monna Lisa, con 171 metros de eslora y capacidad para 120 personas, es el buque cablero más avanzado junto a su gemelo Leonardo Da Vinci. Puede cargar hasta 17.000 toneladas de cable y navegar 90 días sin escalas. Actualmente trabaja en la costa este de EE.UU., donde entierra cables con su sistema Hydroplow y robots excavadores.
Precisión y resistencia
Su tecnología DP3 garantiza posicionamiento milimétrico incluso ante fallos técnicos, crucial para tender cables transcontinentales como el futuro enlace Santander-EE.UU. «El enterrado simultáneo evita daños», destaca la editora Amparo Babiloni. El barco excava zanjas de 2-3 metros en el lecho marino, protegiendo los cables de amenazas externas.
La flota que teje la red global
Prysmian, la multinacional italiana propietaria, opera ya dos buques y prepara un tercero para 2027. El 99% del tráfico de internet depende de estos cables, según el texto. Su despliegue reduce vulnerabilidades históricas, como cortes por anclas o conflictos geopolíticos.
De la superficie al fondo oceánico
Los primeros cables submarinos, expuestos en el lecho marino, sufrían frecuentes roturas. Hoy, el enterrado es estándar, y el Monna Lisa lidera esta evolución con innovaciones como el sistema de amarre de ocho puntos y motores de 16 nudos.
Un mar de conexiones aseguradas
La operatividad del buque refuerza la infraestructura digital mundial, clave para economías y comunicaciones. Su tecnología minimiza riesgos en un sector donde la precisión define la eficacia.