Trump exige que los Washington Commanders recuperen su antiguo nombre
El expresidente amenaza con bloquear el nuevo estadio del equipo de la NFL. La polémica surge por el cambio de nombre en 2020, eliminado por considerarse racista. Trump alega que ahora «el sentido común» debe prevalecer.
«Redskins o nada»: la presión de Trump
Donald Trump exigió este domingo, desde su plataforma Truth Social, que el equipo de fútbol americano de Washington vuelva a llamarse «Redskins», nombre abandonado en 2020 por protestas indígenas y presiones de patrocinadores. «Deben actuar inmediatamente», advirtió, amenazando con bloquear el nuevo estadio valorado en 3.700 millones de dólares.
El origen del conflicto
La polémica comenzó tras la muerte de George Floyd y las protestas antirracistas de 2020. Indígenas y activistas denunciaron que «Redskins» perpetuaba estereotipos racistas. A pesar de encuestas que no mostraban consenso, el equipo cedió ante la presión de patrocinadores como FedEx y adoptó el nombre actual.
Repercusión en la comunidad indígena
Organizaciones indígenas acusan a Trump de «dobles estándares», ya que su gobierno planea recortes de 24.000 millones de dólares en salud y educación para sus comunidades. Un informe de la Brookings Institution alertó que casi todas las tribus del país se verían afectadas.
Un estadio en juego
El proyecto del nuevo estadio en Washington, aprobado en abril por la alcaldesa Muriel Bowser, está ahora en duda. Trump había respaldado inicialmente el acuerdo, pero cambió su postura. El Concejo Municipal decidirá su ubicación a finales de julio.
Cuando el fútbol americano se volvió político
El debate sobre el nombre del equipo refleja la polarización en EE.UU. tras las protestas de 2020. Mientras Trump defiende el «sentido común», patrocinadores y activistas insisten en que el cambio fue necesario para evitar lenguaje discriminatorio.
Un partido con muchas incógnitas
La presión de Trump podría retrasar o alterar el regreso del equipo a Washington. Mientras los Guardians de Cleveland evitan pronunciarse, la decisión final dependerá de financiadores y autoridades locales, en un clima político cada vez más tenso.