Republicanos buscan nombre para su nueva ley fiscal tras firmarse
Expertos y políticos debaten cómo referirse a la «One Big Beautiful Bill Act». La normativa, firmada el 4 de julio, elimina términos como GILTI e introduce nuevos conceptos técnicos. El nombre oficial fue eliminado del texto final por los demócratas.
«OB3, OBBB o ¿OB-cubed?»: La batalla por el acrónimo
La ley, bautizada originalmente por Donald Trump como «One Big Beautiful Bill Act», genera confusión por su extenso título. El secretario del Tesoro, Scott Bessent, prefiere «O Triple B», mientras otros optan por abreviaturas como «OBBB» o «OB3». «El 3 debería ir antes de la B, como ‘O3B'», critica el abogado Libin Zhang, partidario de «OB-cubed».
Cambios en la jerga fiscal
La normativa reemplaza términos clave como GILTI (impuesto a ganancias en paraísos fiscales) por «Net CFC Tested Income» (NCTI), apodado coloquialmente «necktie». Jason Yen de EY advierte: «Muchos seguiremos llamándolo GILTI». También desaparece QBAI, mientras FDII se renombra como FDDEI, sin consenso sobre su pronunciación.
De «impuesto de venganza» a cuentas «Trump»
El proyecto original incluía un «impuesto de venganza» contra países con tasas a multinacionales, pero fue eliminado tras negociaciones del G7. Polémica generan las cuentas de ahorro infantil llamadas «Trump accounts», cuyo atractivo para votantes de Kamala Harris está por verse.
La pelea política por el nombre
El líder demócrata Chuck Schumer logró eliminar el título original por «violar normas del Senado», tachándolo de «ridículo». Pese a ello, encuestas entre expertos muestran que «One Big Beautiful Bill Act» sigue siendo la opción más usada, seguida de «OB3».
Un laberinto de siglas nuevas
La ley de 2017 introdujo términos como GILTI y QBAI para diferenciar ganancias tangibles de estrategias fiscales. La reforma actual simplifica el sistema pero complica el lenguaje, con fórmulas como NCTI y FDDEI que carecen de apodos claros. «Aún no sé cómo pronunciarlo», admite el exasesor republicano Warren Payne.
¿Cómo recordaremos esta reforma?
La falta de consenso sobre el nombre refleja la complejidad de una ley negociada en secreto y con cambios técnicos profundos. Mientras instituciones usan términos neutros como «H.R. 1», el debate entre «OB3OBBB» muestra que, en política fiscal, hasta las siglas son terreno de disputa.