Presentan biografía de Alfredo Domínguez en el MUSEF de La Paz
El libro «Vida, pasión y muerte de Alfredo Domínguez» rescata la obra del artista boliviano. Se presentó el 9 de julio en el Museo Nacional de Etnografía y Folklore, coincidiendo con el aniversario de su nacimiento. La obra, escrita por Sergio Calero, incluye testimonios de familiares y colegas.
«Un artista que pintó y cantó con el corazón»
La biografía detalla cómo Domínguez creó un estilo único en música y pintura, influenciado por su infancia en Tupiza. «Dormía muy poco y pintaba la pobreza que vivió», revela Gladys Cortez, su viuda. Su técnica de grabado en Europa rompió moldes, al igual que su música, que evitó estereotipos folclóricos.
El legado de Los Jairas y la Peña Naira
Calero destaca que la Peña Naira aglutinó talentos como Ernesto Cavour y Julio Godoy, marcando un «parteaguas cultural» post-Revolución del 52. Domínguez, autodidacta, grabó canciones como «El Rin del Angelito» tras el impulso de Violeta Parra: «Para cantar solo se necesita ser auténtico».
Testimonios y justicia cultural
El autor entrevistó a figuras clave, como Cavour y la última esposa de Favre, Indiana Reque Terán. La Fundación del BCB impulsa esta serie biográfica, que ya incluye a Nilo Soruco y Gladys Moreno. «Es un acto de justicia para que Alfredo ocupe su lugar en la historia», afirma Calero.
Raíces en Tupiza, vuelo en Europa
Domínguez migró en los 70, cuando el éxito de «El Cóndor Pasa» estereotipaba a los artistas latinos. Rechazó disfraces y tocó «música dura» sobre la vida campesina. Su alter ego, Juan Cutipa, reflejó sus vivencias en la zafra y el servicio militar.
Un puente hacia la memoria
El libro busca reivindicar a Domínguez como artista integral, más allá de su guitarra. Su muerte en Europa y el difícil repatriamiento a Tupiza cierran una vida que, como su obra, combinó crudeza y belleza.