Dirigente sindical panameño acusado de estafa se exilia en Bolivia
Saúl Méndez, líder de SUNTRACS, llegó a Bolivia tras refugiarse dos meses en su embajada. El gobierno panameño busca disolver el sindicato y acusa a su dirigencia de blanqueo. Méndez denuncia «persecución política» desde su llegada a Santa Cruz.
«Vamos y regresamos»: un exilio forzado
Saúl Méndez, secretario general de SUNTRACS (el mayor sindicato obrero de Panamá), partió este sábado hacia Bolivia con un salvoconducto. «No lo callaron ni lo doblegaron», declaró el sindicato en redes. La fiscalía panameña lo acusa de estafa y blanqueo, cargos que él niega y atribuye al gobierno de José Raúl Mulino.
La huida y las acusaciones
Méndez se refugió en la embajada boliviana en Panamá el 21 de mayo, tras saltar su cerca. El gobierno ordenó días antes cerrar la cooperativa del sindicato, señalada por presunto lavado de activos. La ministra de Trabajo, Jackeline Muñoz, acusó a SUNTRACS de «manejos mafiosos».
Desde Bolivia: denuncias y resistencia
En un video difundido este 20 de julio, Méndez habló de «persecución» y un «estado de hecho» en Panamá. Criticó a «los poderes económicos» sin nombrar directamente al presidente Mulino, pero mencionó «torturas y masacres» contra líderes sociales. Otros tres dirigentes de SUNTRACS están detenidos o asilados.
El contexto: sindicato vs. gobierno
El gobierno panameño presentó el jueves una demanda para disolver SUNTRACS, que lideró protestas contra reformas laborales y sociales. Mulino lo calificó de «mafia», mientras el sindicato insiste en una «cacería política».
Entre demandas y huelgas
Panamá vive tensiones desde 2024, con paros en construcción y bananeros. La disputa con SUNTRACS escaló tras acusaciones cruzadas: blanqueo versus persecución. Bolivia, donde Méndez ahora reside, se convierte en escenario de esta crisis sindical internacional.
Un exilio que no silencia el conflicto
La llegada de Méndez a Bolivia mantiene viva la polémica. Mientras Panamá avanza judicialmente contra SUNTRACS, el dirigente promete continuar su lucha desde el exterior. El caso refleja la polarización en torno a los derechos laborales y la justicia en la región.