Un F-35 británico lleva un mes varado en India por fallos técnicos
El caza furtivo aterrizó de emergencia el 14 de junio en Kerala. Un equipo de Reino Unido intenta repararlo en un hangar restringido. El incidente evoca el célebre caso de 1983, cuando un Harrier aterrizó en un barco español.
«El caza no arranca»
El F-35B, uno de los aviones más avanzados de la RAF, sufrió un fallo en el sistema hidráulico y la unidad de potencia auxiliar. Desde el 6 de julio, ingenieros británicos trabajan en su reparación en un hangar de Air India, bajo estricta seguridad. India ha aprovechado políticamente la situación, aunque no hay fecha para su reactivación.
El precedente surrealista: el Harrier del Alraigo
En 1983, el teniente Ian Watson aterrizó su Sea Harrier sobre contenedores de un mercante español tras quedarse sin combustible en el Atlántico. El avión quedó semicolgado, dañando una furgoneta destinada a Tenerife. «Fue culpa mía», admitió después el piloto, reprendido pero sin consecuencias graves.
Batalla legal por el salvamento
La tripulación del Alraigo reclamó una indemnización bajo ley española. Tras un arbitraje en Londres, se aplicó una norma británica de 1911 que obligaba a repartir el premio según la legislación del país del barco. Recibieron 570.000 libras (1,14 millones de dólares de la época).
De maniobra rutinaria a leyenda
El incidente del Harrier comenzó como un ejercicio de la OTAN frente a Portugal. Watson, desorientado y sin radio, improvisó un aterrizaje vertical imposible. Aunque fue relegado a funciones administrativas, continuó su carrera hasta 1996.
Lecciones entre fallos técnicos y audacia
Ambos casos muestran cómo errores humanos y técnicos pueden derivar en situaciones extraordinarias. Mientras Reino Unido intenta recuperar su F-35, el episodio del Alraigo sigue siendo un referente de ingenio y resolución jurídica.
