Reino Unido y Alemania firman tratado de amistad post-Brexit
El acuerdo busca fortalecer la cooperación en seguridad y migración. El ministro británico David Lammy lo calificó como el «inicio de una nueva era». Se firmó este 18 de julio en Londres, marcando un acercamiento bilateral tras años de tensiones por la salida del Reino Unido de la UE.
«Una amistad estratégica, pero con límites»
El canciller alemán Friedrich Merz definió el pacto como «un día histórico», aunque aclaró que no tendrá la profundidad del vínculo franco-alemán. El tratado prioriza la colaboración en defensa y control migratorio, áreas donde ambos países comparten desafíos comunes. «Thatcher y Kohl construyeron prosperidad; ahora renovamos ese espíritu», declaró Lammy.
Contexto geopolítico
El acuerdo surge en un escenario de incertidumbre con EE.UU., cuyo presidente ha mostrado posturas fluctuantes. Lammy evitó hablar de «relación especial» con Berlín, pero destacó que Europa debe unirse ante crisis globales. El texto no menciona reintegración británica a la UE, pero sí mecanismos bilaterales para agilizar comercio y movilidad académica.
De la confrontación al diálogo
El Brexit (2020) generó roce en temas como el Protocolo de Irlanda del Norte. Este tratado, originalmente impulsado por el ex canciller Olaf Scholz, cierra una etapa de desconfianza y establece reuniones anuales entre ambos gobiernos. Incluye fondos conjuntos para frenar la migración irregular, uno de los ejes del acuerdo.
Un puente sobre aguas revueltas
Las relaciones bilaterales se tensaron tras el referéndum de 2016, con Alemania como firme defensora de la unidad europea. El nuevo gabinete laborista británico busca redefinir su rol global sin romper con Bruselas. El tratado refleja este equilibrio: cooperación práctica sin revisar la salida de la UE.
¿Hacia una Europa más unida?
El pacto podría influir en la dinámica UE-Reino Unido, aunque evita compromisos institucionales. Su éxito dependerá de la coordinación en seguridad y el manejo migratorio, dos prioridades ciudadanas. Analistas ven en él un modelo para futuros acuerdos con otros socios europeos.