EEUU deporta a cinco presuntos delincuentes a Eswatini
El gobierno de Eswatini recibe críticas por aceptar a los deportados sin consulta pública. La medida, negociada entre autoridades estadounidenses y el primer ministro Russell Dlamini, generó indignación en el país africano. El acuerdo se cerró en enero y se ejecutó esta semana.
«No somos un basurero para criminales peligrosos»
La llegada de cinco presuntos delincuentes deportados desde EEUU desató protestas en Eswatini, un país con escasa libertad de expresión. «Ni siquiera los ministros estaban al tanto», denunció Bheki Makhubu, editor de la revista «The Nation». El primer ministro Dlamini había calificado previamente el acuerdo como un «éxito diplomático» tras una llamada con el secretario de Estado Marco Rubio.
Reacción ciudadana y opacidad
La población cuestiona qué obtuvo Eswatini a cambio, dado su régimen absolutista. Makhubu insistió en que el país «es demasiado pequeño para albergar a criminales de este nivel». No se han revelado detalles sobre los crímenes imputados a los deportados.
Un reino bajo sospecha
Eswatini, gobernado por el rey Mswati III, mantiene un sistema político cerrado y restrictivo. Las negociaciones con EEUU se realizaron sin transparencia, lo que alimentó especulaciones sobre posibles contrapartidas no divulgadas.
Un acuerdo que deja más preguntas que respuestas
La deportación evidencia la estrategia de EEUU para trasladar presuntos criminales a terceros países, mientras Eswatini enfrenta presiones internas por la falta de claridad en el acuerdo. El impacto social y legal de esta medida aún está por definirse.