Newsom propone redibujar distritos en California para contrarrestar a Texas
El gobernador plantea modificar el mapa electoral si Texas favorece al GOP. La medida, criticada por algunos demócratas, busca responder a una posible manipulación republicana. Newsom defiende la idea como una acción necesaria ante la «amenaza existencial» de Trump.
«Salvar la democracia destruyéndola»: la polémica idea
Gavin Newsom ha convertido el rediseño de distritos en su nueva obsesión, argumentando que los demócratas deben «ser más agresivos» para frenar el avance republicano. Su propuesta incluye dos vías: que la legislatura apruebe nuevos mapas o que los votantes reviertan la comisión independiente creada en 2010. «No seré pasivo en este momento», declaró el gobernador.
División en el partido demócrata
Mientras líderes como Hakeem Jeffries analizan la idea, críticos como el asambleísta Alex Lee la tachan de «peligrosa y antidemocrática». Un consultor anónimo la calificó de «una locura indefendible». Sin embargo, figuras como Neera Tanden (Center for American Progress) apoyan la táctica: «El Partido Republicano es despiadado; debemos responder».
¿Juego político o estrategia real?
Expertos como Mindy Romero ven en la propuesta un intento de Newsom de posicionarse para 2028. Paul Mitchell, especialista en redistritación, sugiere que podría ser un «farol» para disuadir a Texas. Mientras, congresistas como Dave Min apoyan explorar opciones: «No podemos llevar un cuchillo de mantequilla a un tiroteo».
Cuando Texas mueve ficha, California responde
El debate surge tras rumores de que Texas, siguiendo a Trump, redibujaría sus distritos para consolidar la mayoría republicana en la Cámara. California, que tiene 52 escaños (solo 9 republicanos), podría perder influencia si no actúa. En 2010, los votantes aprobaron por amplia mayoría un sistema imparcial de redistritación.
Una partida de póker con alto riesgo
La propuesta enfrenta obstáculos legales y políticos, además de dividir a los demócratas entre pragmáticos y defensores de la transparencia. Su viabilidad dependerá de si Texas ejecuta su plan y de cómo reaccionan los votantes californianos, históricamente favorables a procesos electorales neutrales.