Cinco países europeos abandonan el Tratado de Ottawa sobre minas antipersona
Polonia, Finlandia y los países bálticos inician el proceso legal para retirarse del acuerdo. La decisión responde al temor por la invasión rusa de Ucrania y busca reforzar la defensa fronteriza. Ocurre 28 años después de la firma del tratado, que prohibió estas armas por su impacto humanitario.
«Una grieta en el consenso humanitario»
Los gobiernos de Polonia, Finlandia, Lituania, Letonia y Estonia han activado los mecanismos para abandonar el Tratado de Ottawa, ratificado en 1997 por más de 160 países. «No implica una colocación inmediata de minas, pero marca un cambio drástico», señala el texto. La medida sigue los pasos de Ucrania, que anunció su salida este mes.
Pragmatismo militar tras la guerra en Ucrania
La invasión rusa ha alterado la percepción sobre el valor táctico de las minas. Los campos minados rusos frenaron la contraofensiva ucraniana, demostrando su utilidad para ralentizar avances enemigos. «Ofrecen una ventaja defensiva asimétrica», explica el análisis, pese a su carácter indiscriminado.
Consecuencias legales y activistas en alerta
Mary Wareham, de Human Rights Watch, advierte que la decisión «socava décadas de derecho humanitario». El tratado redujo las víctimas anuales de 20.000 en los 90 a 3.500 actuales. Noruega es el único país fronterizo con Rusia que mantiene su adhesión.
De la Guerra Fría a la sombra de Moscú
Las minas antipersona fueron usadas masivamente por la URSS para impedir fugas a Occidente. Tras su colapso, el desminado global se consolidó con Ottawa. Ahora, el temor a una invasión rusa revive su uso, especialmente en Finlandia, con 1.300 km de frontera compartida.
Un nuevo escenario para Europa
La retirada de estos países debilita el tratado y reabre el debate sobre límites en la guerra. Ucrania y EE.UU. ya flexibilizaron su postura, mientras expertos como Paul Heslop (ONU) lo ven como un retroceso en la lucha por erradicar estas armas.