Crisis de combustible paraliza transporte y producción en seis departamentos bolivianos
El desabastecimiento de gasolina y diésel afecta a Beni, Pando, Tarija, Oruro, Chuquisaca y Cochabamba. Transportistas y campesinos denuncian paralización, mercado negro y pérdidas económicas. La escasez persiste pese a los controles gubernamentales, según reportes locales del 17 de julio de 2025.
«El combustible simplemente no llega o llega a cuentagotas»
La crisis energética impacta en la vida cotidiana y la economía regional. En Beni, más del 50% de los transportistas suspendieron actividades, según Raúl Jiménez de la Asociación 18 de Noviembre. El Ministerio Público logró la primera condena por comercio ilegal: dos implicados recibieron tres años de prisión.
Campesinos y transporte, los más afectados
En Pando, comunidades rurales denuncian que «la gente no tiene sed de agua, tiene sed de gasolina». La falta de combustible amenaza la cosecha de castaña, clave para la economía local. En Tarija, el transporte público opera al 40% de su capacidad, con un 30% menos de salidas de buses, según Gabriel Pérez de la Federación 15 de Abril.
Caos en terminales y mercado negro
Cochabamba enfrenta suspensiones abruptas de viajes interdepartamentales y compras inseguras de diésel en el Trópico. En Chuquisaca, el servicio urbano funciona al 50%, mientras Oruro registra filas extensas pese a que YPFB insiste en que la distribución es normal.
Un problema que viene de lejos
El Gobierno priorizó la entrega de 20 millones de litros de diésel para la campaña agrícola de invierno, pero el sector arrocero alerta sobre pérdidas de cosecha. La Confederación Sindical de Choferes se reunió en La Paz para coordinar respuestas ante la crisis, que ya genera especulación y escasez de dólares en algunos sectores.
La paciencia se agota en las regiones
La falta de soluciones concretas aumenta el descontento en departamentos fuera del eje central. Mientras transportistas recurren al mercado negro, las autoridades enfrentan presiones para garantizar el abastecimiento sin afectar la subvención estatal. El impacto económico y social de la crisis aún no encuentra respuestas efectivas.