Bolivia celebra 200 años de independencia con actos simbólicos y críticas económicas
Los festejos patrios coinciden con un escenario de inflación y recortes presupuestarios. La agenda incluye sesión de honor, desfile cívico y el encendido de la tea en la Casa de Murillo. Asambleístas señalan contradicciones entre celebraciones y promesas sin financiamiento.
«Festejos en tiempos de ajustes»
El bicentenario de Bolivia se conmemora hoy con actos protocolares en todo el país. La ceremonia central incluye el tradicional encendido de la tea en la Casa de Murillo, símbolo de la independencia. Sin embargo, diputados reconocen que las celebraciones contrastan con la realidad económica: inflación persistente y recortes al POA (Presupuesto General del Estado).
Críticas desde la Asamblea
Legisladores de distintos partidos coinciden en que las promesas gubernamentales carecen de respaldo financiero. «No hay coherencia entre discursos y ejecución presupuestaria», declaró un asambleísta durante los preparativos. El POA 2025 redujo partidas en salud y educación, según el texto adjunto.
Un bicentenario entre luces y sombras
Bolivia llega a sus 200 años como nación independiente con una economía frágil. La inflación acumulada en el primer semestre de 2025 supera el 5%, según datos no oficiales citados en el texto. Los recortes al POA afectan principalmente a programas sociales, aunque el gobierno insiste en priorizar obras emblemáticas.
¿Qué queda después de la fiesta?
Los actos conmemorativos durarán todo el día, pero las interrogantes sobre el futuro económico persisten. La falta de presupuesto para cumplir promesas marca el tono del bicentenario, según la percepción de los legisladores. El impacto de estos recortes en la ciudadanía podría intensificarse hacia fin de año.