Emprendimiento boliviano Impostor Milk triunfa con leche vegetal de almendra
La marca nacional produce hasta 20.000 litros mensuales de bebidas sin lactosa. Nació en 2022 tras detectar la importación de leche de almendra pese a que Bolivia es el mayor exportador mundial de este fruto. Opera en ocho departamentos y emplea a 13 personas directamente.
«Una leche impostora con propósito»
El tarijeño Nicolás Lema (32 años) fundó Impostor Milk tras cuestionar por qué Bolivia exportaba almendra amazónica pero importaba su derivado. «Queremos ofrecer una alternativa saludable sin cambiar hábitos», explica. La pandemia fue clave: durante el confinamiento, investigó y formó un equipo con cuatro socios más.
De la idea a la góndola
Iniciaron en 2021 con una planta UHT en Santa Cruz y lanzaron dos sabores (natural y chocolate). Hoy tienen cinco variedades, incluyendo una línea sin azúcar añadida, y distribuyen en 200 puntos de venta. Usan materia prima nacional y generan empleos indirectos en la cadena de castaña.
Retos superados
Incendios en la Amazonía (2024) afectaron el suministro de almendra, y bloqueos complicaron la distribución. Pese a ello, mantienen producción estable con estándares de calidad internacionales. Su mayor logro: ser la primera opción local accesible frente a importaciones que costaban Bs 40 el litro.
Semilla de almendra, fruto de esfuerzo
Bolivia lidera la exportación de almendra amazónica (castaña), pero históricamente no procesaba este recurso. La pandemia impulsó emprendimientos con valor agregado, como Impostor Milk, que aprovecha talento local y reduce dependencia de importaciones en un mercado con creciente demanda de alimentos saludables.
Un sorbo de futuro
El proyecto demuestra que es posible innovar con productos nutritivos y competitivos. Su expansión refleja el potencial de la industria alimentaria boliviana para transformar materias primas en alternativas sostenibles, aunque persisten desafíos logísticos y ambientales.