Stellantis abandona China tras quiebra de su empresa conjunta
El tribunal de Changsha declaró en bancarrota a GAC-FCA, poniendo fin a 15 años de operaciones de Stellantis en China. La joint venture acumulaba deudas de 1.100 millones de dólares y no logró adaptarse al mercado local.
El sueño roto de conquistar el gigante asiático
GAC-FCA, creada en 2011 con una inversión de 17.000 millones de yuanes, pretendía producir 300.000 vehículos anuales de marcas como Jeep y Fiat. Alcanzó su pico en 2017 con 200.000 unidades vendidas, pero en 2021 apenas comercializó 20.396.
Errores estratégicos
La empresa insistió en motores de combustión mientras el mercado chino se volcaba en eléctricos. En 2022, Stellantis intentó aumentar su participación del 50% al 75%, pero GAC rechazó la propuesta.
Un final anunciado
Cinco subastas de sus plantas y equipos fracasaron, algo común en China, donde construir nuevas fábricas de eléctricos resulta más rentable. La liquidación culmina un declive que comenzó en 2018.
Simbolismo histórico
Jeep fue la primera marca extranjera en fabricar en China (1983), y Peugeot ayudó a fundar GAC en los 80. Stellantis cierra así un capítulo clave en la industria automotriz local.
El contexto: Occidente pierde terreno
China prioriza vehículos eléctricos y tecnología propia, dejando atrás a fabricantes tradicionales. Stellantis, pese a ser el grupo automovilístico más grande del mundo, no pudo competir con los costes y normativas locales.
Nueva estrategia: aliarse en lugar de competir
Tras su salida, Stellantis adquirió el 21% de Leapmotor (2023) para vender sus eléctricos en Europa. Un giro que refleja la dificultad de triunfar en China sin adaptarse a sus reglas.