Gerente de Emapa acusa a industria privada de sabotear distribución de aceite
Franklin Flores denuncia obstrucción en el abastecimiento sin presentar pruebas. La estatal boliviana asegura producir un millón de litros mensuales en su planta de San Julián. La declaración coincide con controles estatales reforzados en el mercado.
«Distribuían con normalidad, no habría problema»
El gerente de Emapa, Franklin Flores, afirmó que las industrias oleaginosas privadas están saboteando el abastecimiento de aceite comestible, aunque no identificó empresas ni aportó evidencias. «Si ellos distribuyeran con normalidad no habría problema», declaró, sugiriendo incumplimiento de la prioridad legal al mercado interno.
Producción estatal como alternativa
Flores destacó que, con la planta de San Julián, Emapa ya no depende de privados y distribuye un millón de litros mensuales. La estatal prioriza zonas remotas como Charazani, donde el precio del aceite puede triplicarse. «Si aquí especulan hasta 20 bolivianos, imagínense en esos municipios», advirtió.
Controles sin transparencia
La denuncia no detalla mecanismos de fiscalización ni casos concretos. No se explicó cómo se define el «sabotaje», pese a que el viceministerio de Lucha Contra el Contrabando investiga desvíos de aceite en Yacuiba. Los controles estatales se intensifican en paralelo a la producción propia de Emapa.
Un mercado bajo presión
Bolivia regula la prioridad del abastecimiento interno de alimentos procesados desde 2020, pero enfrenta esasez recurrente de aceite. La crisis se agravó en 2024 con alzas de precios y denuncias de acaparamiento, llevando al Gobierno a impulsar producción estatal.
¿Quién frena el aceite?
La acusación de Emapa refleja tensiones entre el modelo estatal y privado en el sector alimentario. La falta de pruebas y nombres concretos deja en duda la magnitud del supuesto sabotaje, mientras la población enfrenta precios elevados en zonas alejadas.