Chile decomisa más de un millón de huevos de contrabando bolivianos

El SAG chileno incautó 1.017.000 huevos ilegales en seis meses, generando alertas sanitarias y económicas por falta de trazabilidad y controles.
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Chile decomisa más de un millón de huevos de contrabando procedentes de Bolivia

El SAG chileno incautó 1.017.000 huevos ilegales en seis meses. El contrabando, que crece desde 2023, genera alertas sanitarias y económicas en ambos países. Los productos ingresan sin trazabilidad por pasos no habilitados, según autoridades y gremios.

«Lo barato a veces cuesta caro»: alerta sanitaria y competencia desleal

El Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) de Chile detectó un aumento del 21% en decomisos respecto a 2024. Los huevos ingresan ocultos en vehículos o a pie, sin controles de temperatura ni humedad. «No identifican el origen ni la fecha, con riesgo de contaminación cruzada», denunció Patricio Kurte de ChileHuevos.

Impacto en el sector formal

Antonio Walker, presidente de la SNA, señaló que el contrabando distorsiona el mercado al evadir impuestos y amenazar la sanidad animal. El ministro de Agricultura chileno, Esteban Valenzuela, admitió que pese a reforzar controles, «se necesitan más medidas interministeriales» para frenar el flujo ilegal.

De la frontera a las ferias: una ruta crítica

Los cargamentos incautados provienen principalmente de ferias y mercados mayoristas. El SAG ha intervenido camiones pequeños y vehículos particulares, pero persisten redes que aprovechan pasos no habilitados. En 2023 se incautaron 864.554 unidades; en 2024 la cifra subió a 1.338.067.

Una tendencia al alza con riesgos añadidos

El contrabando de huevos desde Bolivia muestra un crecimiento sostenido desde hace tres años. Las autoridades chilenas vinculan el fenómeno a la falta de trazabilidad y al incumplimiento de normas sanitarias básicas, que podrían facilitar la propagación de plagas o enfermedades avícolas.

Un problema que traspasa fronteras

El decomiso récord evidencia la magnitud de un comercio ilegal con implicaciones económicas y sanitarias para ambos países. Mientras Chile refuerza controles, Bolivia enfrenta presiones para regular su cadena productiva y frenar el flujo en origen.