Evo Morales acusa al Gobierno de preparar un fraude electoral con extranjeros
El expresidente denuncia sin pruebas la participación de expertos internacionales. Morales asegura que el MAS planea manipular los comicios del 17 de agosto. La acusación surge desde su bastión en Cochabamba, donde evade una orden de captura por trata agravada.
«El fraude viene con sello extranjero»
Evo Morales afirmó a EFE que 20 expertos de Ecuador, Brasil y Venezuela, «a la cabeza del imperio (EEUU)», estarían colaborando con el Gobierno para alterar los resultados. «Me están informando», repitió, sin ofrecer evidencias. Criticó además al candidato oficialista Eduardo del Castillo, quien en encuestas no supera el 2% de intención de voto.
Un MAS dividido y en crisis
El exmandatario (2006-2019) señaló que el partido perderá su vigencia por no alcanzar el 3% requerido, debido al descontento con la gestión de Arce. El MAS se presenta fragmentado: con Del Castillo (apoyado por Arce), Andrónico Rodríguez (exaliado de Morales) y el sector evista, que no logró inscribirse. Morales tachó a todos los candidatos de «neoliberales» por proponer reducir el Estado.
Desde el fortín: acusaciones y resistencia
Morales lleva 10 meses refugiado en el Trópico de Cochabamba, protegido por seguidores armados. Desde allí, insiste en su discurso de confrontación: «Es el pueblo contra el imperio, el indio contra el gringo». Descalificó especialmente a Rodríguez, a quien llamó «doble o triplemente traidor» por aliarse con Arce.
Elecciones bajo la sombra de la polarización
Las elecciones de agosto marcan un escenario inédito: el MAS, que ganó cuatro comicios con más del 50%, ahora aparece debilitado. Morales, impedido de candidatearse por el fallo del Tribunal Constitucional, sigue influyendo desde la resistencia. La oposición, con Samuel Doria Medina (Unidad) como favorito, busca capitalizar el desgaste oficialista.
Un capítulo más en la pugna por el poder
La denuncia de fraude agrega tensión a un proceso electoral ya marcado por la fractura del oficialismo y la crisis económica. La credibilidad de los resultados dependerá de la transparencia demostrada, en un contexto donde las acusaciones sin pruebas pueden profundizar la desconfianza institucional.