Líderes mundiales halagan a Trump para acercarse a EE.UU.
Jefes de Estado recurren a elogios personales y nominaciones al Nobel para ganar influencia con el presidente estadounidense. La estrategia busca beneficios geopolíticos o comerciales, según analistas.
«La diplomacia del halago»
Líderes internacionales han adoptado tácticas de adulación hacia Donald Trump durante su segundo mandato. «Los que lo confrontaron no salieron bien parados», explica Jon Alterman del Centro de Estudios Estratégicos. Ejemplos recientes incluyen a Netanyahu y líderes africanos nominándolo al Nobel de la Paz 2026, mientras el secretario de la OTAN, Mark Rutte, lo llamó «daddy».
Intereses detrás de los elogios
Cada país persigue objetivos específicos: evitar aranceles, resolver conflictos regionales o asegurar apoyo militar. La Casa Blanca destaca logros como el alto al fuego entre Irán e Israel o inversiones de países del Golfo. «Gracias a este presidente, el mundo es más seguro», afirmó la portavoz Anna Kelly.
De lo geopolítico a lo personal
La estrategia incluye gestos como partidos de golf con el presidente finlandés o halagos a su juego. «Un gran líder requiere precisión, como en el golf», dijo el presidente senegalés. Trump reconoció que algunos elogios son vacíos, como los de Putin: «Es muy amable, pero sin significado».
Lecciones del primer mandato
Tras tensiones iniciales (2017-2024), líderes extranjeros aprendieron que la confrontación directa con Trump era contraproducente. Su deseo de ser reconocido como «figura histórica» marcó un giro en las relaciones diplomáticas.
¿Hasta dónde llega la influencia?
La eficacia de esta táctica varía: Zelenski agradeció ayuda estadounidense tras evitar críticas, pero otros casos muestran límites. La conexión personal no garantiza concesiones, como admitió el propio Trump.