Los ricos prefieren trenes de lujo frente a jets privados en 2025
El 1% más adinerado elige vagones exclusivos como destino vacacional. La demanda ha crecido un 65% en un año, con listas de espera y experiencias que superan los 100.000 dólares por noche. Millennials y Generación Z impulsan esta tendencia junto al concepto de «slow luxury».
«El tren ya no es transporte, es el destino»
Empresas como Belmond (propiedad de LVMH) o Railbookers reportan agotamiento de plazas y rutas exclusivas. Gary Franklin, de Belmond, destaca que «no hay mejor manera de relajarse que en un camarote con servicio de mayordomo y vistas panorámicas». Los viajes combinan gastronomía Michelin, suites privadas y rutas históricas como el Venice Simplon-Orient-Express.
Nuevos perfiles y sostenibilidad
Anna Tretter, asesora de Fora X, confirma que millennials y Gen Z representan ya el 40% de los pasajeros, atraídos por la exclusividad y el componente ecológico. Tara Minson (InteleTravel) añade que «escapadas cortas de 1.600 dólares permiten pequeños lujos a nuevos públicos».
Precios estratosféricos (y algún retraso)
El viaje «Around the World by Luxury Train» cuesta 124.000 dólares por persona para 59 días cruzando 12 países. Sin embargo, Belmond pospuso el estreno de su Britannic Explorer, reembolsando hasta 75.000 dólares a afectados. «Garantizar la excelencia requiere ajustes», explicó su portavoz.
De los barcos a las vías
El sector cruceros proyecta 37,7 millones de pasajeros en 2025, pero la élite migra hacia experiencias ferroviarias. Trenes como el Transcantábrico o el Rocky Mountaineer reinventan el lujo con historias centenarias y slow travel.
Viajar despacio para gastar más
La industria del tren de lujo factura récords gracias a la personalización extrema y la nostalgia high-end. Analistas prevén que esta burbuja de exclusividad seguirá creciendo, aunque dependa de infraestructuras que no siempre cumplen horarios.