Bolivia celebra el Día Mundial del Capibara destacando su rol ecológico
El roedor más grande del mundo habita en humedales del oriente boliviano. Cada 10 de julio se conmemora su importancia para los ecosistemas y la cultura digital. Especialistas advierten sobre amenazas por urbanización y tenencia ilegal.
«Un gigante tranquilo que equilibra la naturaleza»
El capibara, conocido localmente como carpincho o capiguara, es clave para controlar vegetación y dispersar semillas en Beni, Santa Cruz y Pando. Según el biólogo Luis Gálvez, «su desplazamiento a zonas urbanas por pérdida de hábitat genera riesgos». Vive en grupos de hasta 50 individuos y se alimenta exclusivamente de plantas.
Datos que sorprenden
Pesa hasta 65 kilos y es un nadador excepcional, gracias a sus patas palmeadas. Emite 10 tipos de sonidos para comunicarse y su carácter pacífico lo ha convertido en símbolo de salud mental en redes. Sin embargo, su popularidad incrementa el cautiverio ilegal, lo que pone en peligro su bienestar.
Entre el cariño y el peligro
Mientras su imagen inspira peluches y memes, la urbanización fragmenta sus hábitats acuáticos. La ley boliviana prohíbe su tenencia como mascota, pero muchos son abandonados o atropellados. «Admirarlos sí, pero libres», recalca el texto, al destacar su función como «ingenieros ecológicos» en humedales.
Un ícono con raíces profundas
Originario de Sudamérica, el capibara habita Bolivia desde hace siglos. Su adaptación anfibia y comportamiento social lo hacen vital para la biodiversidad local. Hoy, además de su rol ambiental, representa un fenómeno cultural, especialmente entre jóvenes que valoran su serenidad.
Celebrar con conciencia
La efeméride visibiliza tanto su importancia ecológica como los desafíos para su conservación. Expertos insisten en proteger sus entornos naturales y evitar interacciones forzadas, recordando que su lugar es la vida silvestre.