Trump acepta sanciones a Rusia si amplían su control presidencial
El presidente exige autoridad exclusiva para aplicar o suspender las medidas. La propuesta bipartidista en el Congreso enfrenta negociaciones por las condiciones. Trump busca presión contra Putin tras fracasar negociaciones por Ucrania.
«El presidente no aceptará ser microgestionado»
Un alto funcionario de la administración Trump afirmó que el proyecto de sanciones debe eliminar la supervisión del Congreso. «La política exterior es competencia exclusiva del presidente», insistió la fuente anónima. El borrador actual permite al Ejecutivo suspender aranceles del 500% a compradores de petróleo ruso, pero incluye un mecanismo de veto legislativo.
Requisitos clave
El senador Lindsey Graham (republicano) modificó la propuesta para permitir una segunda suspensión de sanciones, pero la Casa Blanca exige autoridad «completa y sin condiciones». Trump declaró que cualquier medida adicional contra Rusia será «a mi elección».
Frustración con Putin y apoyo republicano
El presidente acusó al líder ruso de lanzarle «muchas mentiras» y de torpedear las conversaciones sobre Ucrania. El portavoz Mike Johnson respaldó las sanciones: «Putin no es razonable«. Sin embargo, senadores como Josh Hawley (republicano) esperan una confirmación directa de Trump antes de votar.
Negociaciones en curso
El líder de la mayoría John Thune admitió que el lenguaje sobre suspensión de sanciones sigue en discusión. Graham aseguró que el proyecto «da palanca al presidente», pero algunos republicanos dudan de su consenso con la Casa Blanca.
Un Congreso en sintonía con la Casa Blanca
El Legislativo, controlado por republicanos, ha aprobado recientemente paquetes fiscales y migratorios alineados con Trump. En 2025, una ley de sanciones a Rusia incluía revisión congresional, pero ahora la administración busca evitar cualquier control.
¿Sanciones flexibles para futuras negociaciones?
La demanda de Trump refleja su estrategia de mantener opciones abiertas con Putin. El resultado dependerá de si el Congreso cede su papel supervisor o insiste en mecanismos de control.