Elon Musk lanza nuevo partido político para alterar elecciones en EE.UU.
El magnate anuncia el «America Party» para competir en cargos federales. Su estrategia busca capitalizar vacíos ideológicos en comercio, deuda y tecnología. La iniciativa, aún incierta, podría redefinir el equilibrio de poder en el Congreso.
«Una apuesta por temas olvidados»
Musk planea evitar el centro político tradicional y enfocarse en áreas donde demócratas y republicanos «descuidan las preferencias reales de los votantes». Aprende de disruptores como Trump y Sanders, pero con tres ejes clave: libre comercio, austeridad fiscal y supremacía tecnológica. Su partido no buscaría «puntos medios» sino explotar consensos rotos.
Oportunidades en política comercial
Según Gallup, 81% de independientes ven el comercio como oportunidad, pero ningún partido mayoritario defiende abiertamente el libre comercio. Musk podría desafiar el proteccionismo de Trump y la tibieza de Biden, aunque arriesga alienar a lobbies y bases regionales.
El dilema de la deuda pública
Ambos partidos han fallado en credibilidad fiscal: Biden no elevó impuestos a los ricos como prometió, y los republicanos acumularon deuda con recortes tributarios. Musk, pese a su imagen polarizadora, podría explorar apoyo a una plataforma de austeridad, aunque no sea su «figura ideal».
Carrera contra China
EE.UU. pierde terreno en tecnología e investigación. Trump recortó fondos a universidades y Biden vinculó la Ley CHIPS a políticas progresistas. Musk, crítico de ambos, propone priorizar la competitividad sin «ataduras ideológicas», inspirado en discursos como el de Kennedy sobre la Luna.
Lecciones de un pasado volátil
Musk tiene historial de alianzas efímeras (como con Trump) y abandonos rápidos (su renuncia a DOGE). Su nuevo partido dependerá de que supere esa inconsistencia y aprenda de movimientos que redibujaron el mapa político, desde el trumpismo hasta el progresismo de Sanders.
¿Cambio real o experimento millonario?
El éxito del «America Party» requerirá disciplina estratégica y candidatos efectivos, no solo el capital de Musk. En un sistema bipartidista, su impacto podría limitarse a alterar equilibrios en el Congreso, aunque su capacidad de gasto lo convierte en un actor inédito.