Experto en terceros partidos advierte a Elon Musk sobre los desafíos de su nueva formación
Russell Verney, asesor de Ross Perot, afirma que crear un partido viable «requiere mucho más que publicar en Twitter». Perot obtuvo el 19% de los votos en 1992, el mejor resultado de un candidato independiente en la historia moderna de EE.UU., pero su Reform Party no logró consolidarse.
«No es algo que se haga con un tuit»
Verney, exasesor clave de Perot, subraya que un partido político exige estructura y acceso a las papeletas electorales, algo que Musk no ha conseguido aún. «Puede influir en elecciones concretas, pero no competir a nivel nacional», advierte. El America Party de Musk nace de la frustración con el sistema bipartidista, al igual que el Reform Party en los 90.
Lecciones del pasado
Perot centró su campaña en la reducción del déficit fiscal, un tema que luego adoptó Bill Clinton. Verney cree que Musk podría tener un impacto similar si enfoca su mensaje: «Los partidos tradicionales copian las ideas que atraen votantes». Sin embargo, critica que Musk actúa desde «la ira y la retaliación», no desde la seriedad.
El obstáculo de las papeletas
El mayor desafío para un tercer partido es garantizar el acceso a las elecciones en todos los estados, un proceso costoso y lento. La Reform Party lo logró, pero «agotó recursos», explica Verney. Además, la narrativa del «voto perdido» perjudicó a Perot: muchos electores apoyaban sus ideas, pero votaron por candidatos con opciones reales.
¿Billonarios en política?
Verney distingue entre magnates como Perot —con historial en causas sociales— y otros que buscan «amasar poder». Sobre Musk, duda: «No he visto que contribuya al bien común». Aun así, reconoce que el descontento con el sistema actual abre espacio para alternativas.
Cuando el bipartidismo falla
En los 90, el Reform Party evitó debates culturales y se centró en responsabilidad fiscal y reforma gubernamental. Verney sugiere que Musk debería hacer lo mismo: «Los temas sociales son herramientas para recaudar fondos, no para gobernar». Hoy, con una deuda pública creciente y polarización, el terreno para un tercer partido es fértil.
Un camino lleno de trampas
Verney alerta que los oportunistas buscarán aprovecharse de los recursos de Musk, lo que podría dañar la credibilidad de su proyecto. Pese a todo, valora el intento: «Es importante que alguien intente cambiar el sistema». Eso sí, concluye, «sin seriedad, no hay partido que valga».