Evo Morales despliega siete tácticas para volver al poder antes de elecciones
El expresidente busca influir en los comicios del 17 de agosto pese a estar inhabilitado. Mientras, Luis Arce defiende el proceso electoral y alerta sobre un posible retorno neoliberal. La polarización marca la recta final de la campaña.
«Sin Evo, no hay elecciones»: la ofensiva del expresidente
Evo Morales, sin partido ni candidatura habilitada, ejecutó siete estrategias en 12 meses para recuperar influencia: movilizaciones, ataques al TSE, bloqueos con víctimas mortales, amenazas de boicot y campañas por el voto nulo. «El TCP cortó de raíz su intento con tres fallos», incluida la Sentencia 007/2025 que prohíbe terceros mandatos.
Acciones clave y repercusiones
Los bloqueos en Llallagua dejaron seis fallecidos y cientos de heridos. Morales también acusó al vocal Tahuichi de recibir $us 200.000 para inhabilitar a PAN-Bol, denuncias rechazadas por el TSE. El vocal Vargas advirtió: «Aún hay riesgo para el día de la votación».
Arce se aferra al modelo y promete elecciones pacíficas
El presidente, en el ocaso de su mandato, aseguró que las FFAA y la Policía respaldarán al TSE. «Ganamos con el 55% en 2020, el pueblo no es tonto», dijo sobre las encuestas que ubican al MAS en baja. Atribuyó la crisis económica al «bloqueo legislativo» y rechazó propuestas opositoras como eliminar subsidios o privatizar.
La batalla discursiva
Arce y Morales se acusan mutuamente de allanar el camino al neoliberalismo, aunque comparten el objetivo de salvar el «proceso de cambio». El mandatario confía en que su plan económico será refrendado: «Mientras haya pobres, habrá un masista».
Un escenario enrarecido
Bolivia enfrenta elecciones polarizadas entre dos líderes del mismo movimiento. Morales, excluido legalmente pero con peso territorial, y Arce, debilitado políticamente pero con control institucional. El TCP y el TSE son blancos recurrentes de tensiones.
El 17 de agosto dirá la última palabra
El proceso electoral se desarrolla en un clima de incertidumbre, con advertencias de sabotaje y desgaste del modelo económico. Los resultados definirán si el MAS mantiene su hegemonía o cede ante la oposición.