Gatos pescadores de Tailandia pierden el 90% de su hábitat por cultivos acuícolas
Solo quedan 150 ejemplares en estado salvaje. La conversión de humedales en piscifactorías y plantaciones ha reducido drásticamente su población. ONGs trabajan para reducir conflictos con agricultores en la región de Khao Sam Roi Yot.
«De cazadores a perseguidos»
Los gatos pescadores (Prionailurus viverrinus), especializados en humedales, han visto desaparecer el 90% de su hábitat en Tailandia en décadas recientes. La UICN los clasifica como vulnerables a la extinción, con menos de 10.000 ejemplares en toda Asia. En Tailandia, su principal amenaza es la destrucción de humedales para acuicultura, especialmente granjas de camarones y peces.
Conflictos con humanos
Al quedar fuera de áreas protegidas, estos felinos se ven obligados a vivir cerca de poblaciones humanas. El 60% de los ejemplares monitoreados murió en 3 años, muchos en represalia por ataques a gallinas de pelea, que pueden valer hasta 92 dólares cada una. Panthera Thailand provee mallas antipredadores y educa a los granjeros para evitar matanzas.
Esfuerzos de conservación
Iniciativas como Rak Thung («Amo los Humedales») involucran a escolares en la protección de la especie. «La conservación debe ser diálogo, no imposición», afirma Supoj Sukapat, líder del proyecto. Algunas empresas locales ya comercializan snacks con la imagen del felino para generar conciencia.
Un paisaje que se transforma
Desde 2019, una ley fiscal tailandesa incentiva convertir tierras abandonadas en cultivos, acelerando la pérdida de humedales. El 30% del hábitat restante en Sam Roi Yot podría desaparecer en 5 años, según estudios. Investigadores piden exenciones tributarias para quienes conserven estos ecosistemas, pero aún no hay avances.
Futuro en cautiverio
Con poblaciones aisladas y baja diversidad genética, los expertos evalúan programas de cría en cautividad. La contaminación por microplásticos y metales pesados, detectada en heces, amenaza tanto a los felinos como a las comunidades humanas que comparten su entorno. «Lo que les afecta a ellos nos afectará a nosotros», advierte Rattapan Pattanarangsan de Panthera.