EEUU impulsa energía nuclear pese a sobrecostes y retrasos
La planta de Vogtle en Georgia costó 21.000 millones más de lo presupuestado. Proyectos nucleares enfrentan problemas económicos y logísticos, aunque ganan apoyo bipartidista. Analistas cuestionan su viabilidad frente a energías renovables más baratas.
«Un consenso político con pies de plomo»
Republicanos y demócratas coinciden en promover la energía nuclear, pero la industria arrastra retrasos de hasta 7 años y sobrecostes millonarios. Tim Echols, regulador electo en Georgia, reconoce que el proyecto Vogtle elevó las facturas un 12%, pero sigue siendo un argumento electoral: «Hasta mis rivales demócratas prometen más plantas».
El dilema económico
Según análisis de Lazard, la energía nuclear cuesta 180 dólares por megavatio/hora, un 47% más que en 2009, mientras la solar ha bajado un 84%. Expertos como Mark Z. Jacobson, de Stanford, son contundentes: «Es inviable. Los costes solo aumentan con el tiempo».
Tres vías para un renacimiento fallido
La estrategia nuclear se divide en: – Mantener plantas existentes (como Diablo Canyon en California). – Reabrir centrales cerradas (propuestas en Three Mile Island y Míchigan). – Construir nuevas (apoyadas por gobernadores como Kathy Hochul en Nueva York). «El primer escenario es el único realista», advierte Michael Wara, de Stanford.
De la Guerra Fría a la era del big data
El declive nuclear desde los 80 contrasta con el actual auge de la demanda eléctrica por centros de datos e IA. Aunque la Ley de Infraestructura de Biden y el plan de Trump prometen incentivos, el sector no logra reducir plazos: China, el líder mundial, tarda 7 años en construir reactores.
Un futuro con reactores… o sin ellos
Pese al apoyo político, la industria no demuestra capacidad para escalar proyectos a tiempo y costo. Mientras, grupos ecologistas como Citizens Campaign for the Environment recuerdan fracasos históricos como Shoreham, cerrada antes de operar. La viabilidad nuclear sigue en entredicho.