La mitad del parque automotor boliviano paraliza por falta de combustible
El 50% de los vehículos no puede circular por escasez de diésel. La Confederación Nacional de Choferes alerta de la crisis en el transporte, con terminales vacías y precios al alza. El presidente Arce vinculó el desabastecimiento a la falta de financiamiento externo.
«Sin combustible, el transportista no se mueve»
Víctor Tarqui, dirigente de la Confederación Nacional de Choferes, advirtió que la situación es «insostenible», con buses inmovilizados y viajes cancelados. «Las terminales están vacías, no hay diésel para operar», explicó. La escasez ha provocado filas de hasta tres días en estaciones de servicio, donde los conductores denuncian falta de agua y comida.
Testimonios desde la carretera
Choferes como Genaro relatan «sufrimiento diario» al esperar combustible sin servicios básicos. «Antes hacíamos cuatro viajes al mes; ahora, uno o dos», detalló. La crisis afecta especialmente las rutas La Paz-Oruro, con vehículos varados en largas colas.
Un problema con raíces económicas
El presidente Luis Arce reconoció ayer que el abastecimiento depende de financiamiento externo. La escasez impacta directamente en los precios y la logística nacional, según los transportistas. La Caneb ya había alertado sobre riesgos inflacionarios si no se garantiza el suministro.
Transporte en punto muerto
Bolivia arrastra tensiones en el sector energético desde 2020, con fluctuaciones en la producción de hidrocarburos. La dependencia de importaciones y la falta de inversión han agravado la crisis, ahora visible en el colapso del transporte de carga y pasajeros.
La paciencia se agota en las filas
La paralización del 50% del parque automotor evidencia una crisis operativa sin solución inmediata. Mientras el Gobierno negocia financiamiento, los choferes enfrentan jornadas de espera sin garantías, poniendo en riesgo la cadena de suministros nacional.