Los sedimentos reducen la capacidad de los embalses españoles
La acumulación de sedimentos resta hasta un 40% de capacidad en algunos pantanos. Expertos advierten que este problema, ignorado durante décadas, limita los recursos hídricos disponibles. Los estudios disponibles muestran datos dispares sobre su impacto real.
El «ladrón silencioso» de los embalses
Los embalses españoles acumulan sedimentos (lodos, arenas) que ocupan parte de su volumen útil, según datos de plataformas como embalses.net. «Esto convierte las mediciones oficiales en estimaciones», señalan los expertos. Aunque la sequía ha remitido temporalmente, el problema persiste: en algunos casos se liberó agua que pudo almacenarse sin los sedimentos.
Un fenómeno inevitable pero poco cuantificado
La acumulación es inherente a la naturaleza de los embalses. Las batimetrías (estudios del lecho lacustre) podrían medir su impacto real, pero solo se han aplicado de forma puntual. Mientras, las estimaciones varían: desde un 5% de pérdida de capacidad en 110 embalses analizados, hasta un 40% en la cuenca del Segura.
Entre el dragado y la convivencia
Las soluciones pasan por dragados periódicos —como el realizado en 2024 en el pantano del Ebro, con un coste de 2,5 millones de euros— o documentar mejor el fenómeno para ajustar la gestión hídrica. «Sin datos precisos, no sabemos qué recursos tenemos realmente», subrayan los expertos.
Cuando el agua esconde tierra
España cuenta con cientos de embalses construidos a lo largo del siglo XX, muchos con décadas de sedimentación acumulada. La falta de estudios sistemáticos impide conocer el alcance global del problema, aunque casos como el del Segura muestran su gravedad potencial.
Un desafío que no se evapora
La sedimentación seguirá reduciendo la capacidad de los embalses, con implicaciones directas en la disponibilidad de agua. Su gestión —mediante dragados o adaptación— dependerá de inversiones y mejores mediciones para evitar sorpresas en futuras sequías.