La IA consume 200 TWh anuales, superando a Bitcoin y al CERN

La Inteligencia Artificial lidera el consumo energético global con 200 TWh anuales, planteando desafíos ambientales y oportunidades para energías renovables.
Agencia de Noticias Fides - Bolivia
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La Inteligencia Artificial consume 200 TWh anuales, superando a Bitcoin y al CERN

El gasto energético de la IA equivale al consumo de países enteros. Su crecimiento acelerado plantea desafíos ambientales y oportunidades para países con energías renovables. Analizamos su impacto y las posibles soluciones en un contexto de demanda creciente.

«El banquete energético de la era digital»

La Inteligencia Artificial (IA) lidera el consumo energético global entre los megaproyectos tecnológicos, con 200 Teravatios hora (TWh) anuales, superando incluso a la red Bitcoin (120-180 TWh) y al CERN (1,3 TWh). Este consumo equivale al de naciones como Argentina o diez veces el de Bolivia. La demanda sigue en aumento, impulsada por el entrenamiento de modelos como GPT o DeepSeek, el almacenamiento de datos y la refrigeración de servidores.

¿Quién paga la factura?

La energía proviene mayoritariamente de combustibles fósiles, agravando la huella de carbono. Empresas como Microsoft exploran la energía nuclear, aunque enfrenta críticas por su costo y riesgos. Otras optan por bonos de carbono, una solución parcialmente cuestionada.

Agua y futuro insostenible

La IA también consume 66.000 millones de litros de agua anuales para refrigeración, con pérdidas del 50% por evaporación. Si se materializan inversiones como los 500.000 millones de dólares prometidos por Trump, el consumo podría alcanzar 325 TWh en 2028 (equivalente al de Italia).

«Bolivia en el menú tecnológico»

El país podría beneficiarse si logra atraer centros de datos, aprovechando su potencial solar e hídrico. Sin embargo, esto requeriría superar resistencias políticas hacia la IA, aún vista con desconfianza en algunos sectores.

De neuronas a megavatios

Mientras el cerebro humano opera con solo 175 kWh/año, la IA evidencia una enorme ineficiencia energética, agravada por consultas superfluas. Mejorar su rendimiento no depende solo de avances técnicos, sino de un uso más responsable por parte de los usuarios.

¿Un brindis con energías renovables?

El crecimiento desmedido de la IA obliga a buscar soluciones sostenibles. Países con recursos renovables, como Bolivia, podrían capitalizar esta demanda, pero el desafío global sigue siendo reducir el impacto ambiental de una tecnología que ya consume más que muchas economías nacionales.