El senador Thom Tillis anuncia su retiro tras enfrentamientos con Trump
El republicano abandona el Senado en pleno auge de su carrera. La decisión llega tras meses de tensiones con el expresidente y una baja popularidad en su partido. Su caso refleja las dificultades de los moderados en la política polarizada de EE.UU.
«El último clavo en el ataúd de un moderado»
Thom Tillis, senador republicano por Carolina del Norte, anunció su retiro el domingo tras una batalla pública con Donald Trump y una aprobación de solo el 25% entre votantes de su partido. El conflicto estalló cuando Tillis se opuso al proyecto estrella de Trump, alegando que perjudicaría a beneficiarios de Medicaid.
Una carrera en picada
Hasta febrero de 2025, Tillis era considerado un negociador clave en el Senado, pero su resistencia a la nominación de Pete Hegseth como secretario de Defensa enfureció a Trump. El expresidente respondió apoyando a posibles rivales en las primarias y criticándolo en redes: «Le encantan los molinos eólicos hechos en China».
El peso de un estado púrpura
Carolina del Norte, un estado bisagra en elecciones presidenciales, tiene tantos votantes demócratas como republicanos, pero pocos moderados reales. Tillis votó con Trump el 83% de las veces, pero aún así fue censurado por la convención estatal del Partido Republicano en 2023.
Cuando el centro ya no es opción
El texto destaca que los estados competitivos no promueven el centrismo, sino que intensifican la polarización. Patrick McHenry, otro congresista de Carolina del Norte, también renunció en 2023 tras describir el Congreso como «en su punto más disfuncional».
Política bajo amenaza
El equipo de Tillis reveló en marzo que el senador y su familia recibieron amenazas y acoso por sus posturas. Este clima refleja cómo la nacionalización de la política reduce el margen para acuerdos transpartidistas, incluso en estados balanceados.
Adiós al poder por voluntad propia
Tillis y McHenry abandonaron cargos influyentes sin escándalos ni derrotas electorales, marcando una tendencia: los políticos prefieren retirarse que navegar una era de extremismos. Su salida deja incógnitas sobre el futuro del bipartidismo en EE.UU.