Director de la FHFA acusa a Powell de mentir y pide investigación
Bill Pulte solicita al Congreso que investigue al presidente de la FED por supuesta parcialidad política. El conflicto surge por declaraciones sobre reformas en la sede del banco central y la presión por bajar tasas de interés. La disputa refleja tensiones entre reguladores en EE.UU.
«Mala conducta digna de destitución»
El director de la Agencia Federal de Financiamiento de la Vivienda (FHFA), Bill Pulte, acusó al presidente de la Reserva Federal (FED), Jerome Powell, de mentir en su testimonio ante el Senado sobre las reformas en la sede del banco central. Pulte calificó las acciones de Powell como «nada menos que mala conducta» y pidió su investigación inmediata.
El origen de la disputa
La polémica surgió después de que Powell defendiera las renovaciones del edificio de la FED, negando lujos como «comedores VIP o jardines en la terraza». Sin embargo, documentos oficiales revelan que sí se planeaban espacios vegetales accesibles en la azotea, aunque de uso limitado.
Presión política y tasas de interés
Pulte, aliado del expresidente Donald Trump, ha criticado públicamente a Powell por mantener altas las tasas de interés, lo que afecta al mercado inmobiliario. Trump incluso envió una nota a Powell diciendo: «Has costado una fortuna a EE.UU.». La FED mantiene su postura de esperar más datos económicos antes de recortar tasas.
Un conflicto entre reguladores
Este enfrentamiento es inusual, ya que ambos funcionarios forman parte del Consejo de Supervisión de Estabilidad Financiera. Pulte ha usado redes sociales para presionar a Powell, mientras la FED evita comentar públicamente.
El trasfondo: tasas altas y tensiones políticas
La FED ha mantenido tasas elevadas para controlar la inflación, pese a las críticas de Trump y sectores económicos. Las renovaciones del edificio, iniciadas en 2021, se convirtieron en un nuevo frente de batalla política.
La decisión final dependerá de los datos
Powell no descartó un recorte de tasas en julio, pero insistió en que cualquier movimiento dependerá de la evolución económica. Mientras, la presión política y regulatoria sigue creciendo.