Evo Morales condiciona presencia policial en el Chapare
El expresidente exige garantías para la Policía pero rechaza «estigmatización» de la zona. Morales, con orden de aprehensión vigente, permanece en la región protegido por cocaleros armados. Corea del Sur desaconseja viajes al área por inseguridad.
«No queremos represión, sino cumplimiento constitucional»
Evo Morales afirmó en redes sociales que «la región siempre ha respetado a la Policía si actúa con honestidad», pero acusó al Gobierno de «hostigamiento político». Exigió que los agentes retomen sus funciones, pese a que sus seguidores los han obligado a retirarse dos veces desde octubre de 2024.
Violencia y repliegue policial
Los cocaleros afines a Morales amenazaron a los agentes en junio de 2025, lo que provocó su segunda retirada. La Policía se resiste a volver «por falta de garantías». Morales, sin embargo, denuncia que la ausencia de fuerzas de seguridad ha dejado a la población «sin acceso a bancos ni servicios de identificación».
Un líder protegido por lanzas
Morales permanece en el Chapare desde octubre de 2024, cuando se emitió una orden de aprehensión contra él por un caso de estupro. Campesinos armados con lanzas y flechas impiden el ingreso de la Policía para ejecutar el mandamiento. Paralelamente, Corea del Sur alertó a sus ciudadanos sobre la «hostilidad» en la zona.
Elecciones y tierra de nadie
El Trópico de Cochabamba enfrenta interrupciones en servicios básicos, incluido el aeropuerto, cerrado por casi un mes. Aliados de Morales, como PAN-Bol, amenazan con «impedir las elecciones» si el expresidente no puede participar. La región se ha convertido en un foco de tensión a dos meses de los comicios.
Chapare: entre el conflicto y el aislamiento
La zona, tradicional bastión de Morales, ha sido escenario de bloqueos y enfrentamientos desde 2024. La Policía ha intentado operar allí en medio de presiones políticas y resistencia de grupos afines al expresidente, mientras la población sufre las consecuencias del vacío institucional.
Un polvorín a punto de estallar
La situación en el Chapare refleja la polarización política en Bolivia, con Morales como eje. La falta de seguridad y servicios básicos afecta a los ciudadanos, mientras las tensiones aumentan en vísperas electorales. El Gobierno enfrenta el desafío de recuperar el control sin escalar el conflicto.