Trump amenaza con usar el DOGE contra Elon Musk
El presidente no descarta deportar al magnate. La disputa surge por críticas de Musk al proyecto de ley estrella de Trump. El empresario amenazó con crear un nuevo partido político si la iniciativa prospera.
«DOGE es el monstruo que podría devorar a Elon»
Donald Trump advirtió que el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) podría revisar los subsidios a empresas de Musk. «Sin ayudas públicas, tendría que cerrar y volver a Sudáfrica», afirmó. El mandatario vinculó el conflicto con la reducción de subsidios a vehículos eléctricos, clave para Tesla.
La batalla por el «One Big, Beautiful Bill»
Musk tachó el proyecto de «habilitador de abusos de poder» y amenazó con financiar primarias contra republicanos que lo apoyen. Prometió respaldar al opositor Thomas Massie, a quien Trump calificó de «mala persona». La ley, que recorta fondos para órdenes judiciales, avanza en el Senado pese a las críticas.
De aliados a enemigos
En marzo, Musk defendía a Trump de la «tiranía judicial», pero ahora lo acusa de autoritarismo. En 2024 fue el mayor donante republicano y planeaba aportar 100 millones más. La ruptura se agravó cuando el magnate llamó al GOP «partido del cerdo Porky» y sugirió crear una nueva formación.
Subsidios en la mira
Trump destacó que Musk es el mayor receptor de ayudas gubernamentales de la historia. «Sin ellas, no habría cohetes, satélites ni coches eléctricos», ironizó. El DOGE, antes dirigido por el propio Musk, podría ahora auditar sus empresas.
Una guerra con billones en juego
La disputa refleja tensiones entre el poder político y tecnológico. Musk usa su influencia para bloquear una ley que considera fiscalmente irresponsable, mientras Trump apela a herramientas estatales para presionarle. Ambos escalaron el conflicto con ataques personales tras una breve tregua.
¿Quién pagará los platos rotos?
El desenlace afectará a la agenda legislativa de Trump y al futuro de subsidios clave para la industria tecnológica. La amenaza de deportación, aunque improbable, marca un punto sin retorno en la relación entre dos figuras que dominan la escena estadounidense.