Ocelote rescatada es trasladada a centro especializado en Guarayos

Dana, una ocelote rescatada en 2023, no podrá reintegrarse a la vida silvestre debido a secuelas del mascotismo. Será custodiada en el Centro Ambue Ari.
El Deber

Gobernación traslada a ocelote rescatada a centro especializado en Guarayos

Dana, rescatada en 2023, no podrá reintegrarse a la vida silvestre por secuelas de mascotismo. La Gobernación de Santa Cruz coordinó su derivación al Centro de Custodia Ambue Ari, donde recibirá cuidado permanente. El caso evidencia los daños del tráfico ilegal de fauna.

«Un destino forzado por la impronta humana»

Dana, un ocelote (Leopardus pardalis), fue rescatada en 2023 tras ser criada como mascota. El Centro de Atención y Derivación de Fauna Silvestre (CAD) la rehabilitó durante un año, pero determinó que su dependencia a los humanos imposibilita su liberación. Víctor Sossa, responsable del CAD, explicó que «su comportamiento natural quedó alterado irreversiblemente».

Un refugio ante la saturación

El traslado a Ambue Ari —administrado por la Fundación Inti Wara Yassi— responde a la falta de espacios en centros de custodia, agravada por el tráfico ilegal y los incendios forestales. Sossa destacó que el centro garantizará «un entorno adecuado para su bienestar», aunque advirtió sobre la creciente demanda de estos servicios.

La sombra del mascotismo

El caso de Dana ejemplifica las consecuencias de la tenencia ilegal de fauna. La Gobernación insistió en que estas prácticas amenazan la conservación de especies y pidió a la ciudadanía no fomentarlas. «La protección es responsabilidad de todos», subrayó Sossa, recordando que la normativa ambiental prohíbe el mascotismo.

Cuando el rescate no basta

Bolivia registra un aumento de animales silvestres rescatados que, como Dana, no logran reintegrarse a su hábitat por daños físicos o conductuales. La DIRENA y organizaciones como Inti Wara Yassi enfrentan desafíos para albergarlos, con recursos limitados y alta demanda.

Un futuro bajo cuidado humano

Dana permanecerá en Ambue Ari de por vida, monitoreada por especialistas. El caso refuerza la necesidad de combatir el tráfico de fauna y educar sobre sus impactos. La Gobernación reiteró su compromiso con la protección animal, aunque sin mencionar medidas concretas adicionales.