Trump intenta despedir a cargos demócratas, pero algunos resisten
Una decena de funcionarios se mantienen en sus puestos pese a las órdenes de destitución. El presidente estadounidense busca consolidar su control sobre agencias federales, pero leyes de protección y resistencias legales complican su estrategia. La batalla judicial podría redefinir los límites del poder presidencial.
«No nos iremos sin luchar»
Donald Trump ha intentado despedir a más de una docena de cargos designados por demócratas en agencias federales independientes desde su toma de posesión en 2025. Algunos, como Diane Kaplan (Corporación para la Difusión Pública) o Rochelle Garza (Comisión de Derechos Civiles), siguen ejerciendo, apoyados por sus equipos o fallos judiciales. La Casa Blanca alega que «ejerce su autoridad legal», pero los afectados tachan las decisiones de «ilegales».
Estrategias de resistencia
Los funcionarios que permanecen han usado tácticas diversas: la CPB modificó sus estatutos para exigir un voto mayoritario de su junta para remociones, mientras Garza ignoró su «degradación» al no ser respaldada por sus colegas. Tres miembros de la Comisión de Seguridad de Productos del Consumidor fueron reinstalados temporalmente por un juez federal el 13 de junio.
La Corte Suprema, clave
El máximo tribunal inclinó su postura en mayo hacia ampliar las facultades presidenciales para despedir cargos, lo que anticipa un posible revés para las agencias independientes. Sin embargo, casos como el de Ed Felten (Junta de Privacidad) han logrado frenes temporales: un juez dictaminó que su supervisión de vigilancia estatal «no puede depender del presidente».
Un pulso con precedentes
El conflicto revive debates de 1935, cuando el Congreso estableció protecciones contra despidos arbitrarios en agencias reguladoras. Trump busca revertir ese modelo, aunque la batalla legal sigue abierta. Expertos como Don Kettl (Universidad de Maryland) señalan que los funcionarios resisten para «forzar un debate judicial más amplio».
Ganar tiempo, pero no la guerra
Pese a los casos excepcionales, la mayoría de los cargos despedidos han cedido ante la presión. La FTC revocó accesos y salarios a Alvaro Bedoya, quien renunció en junio. La Casa Blanca mantiene su ventaja, pero cada resistencia podría influir en futuros fallos sobre los límites del poder ejecutivo.