Republicanos divididos por créditos a energías limpias en megaproyecto de Trump
Un grupo liderado por Joni Ernst busca revertir restricciones a la energía eólica y solar. El conflicto amenaza el avance del megaproyecto legislativo del Partido Republicano, cuyo destino se decidirá esta semana en el Senado de EE.UU.
«Disputa por el futuro energético»
Un grupo diverso de republicanos, encabezado por la senadora Joni Ernst (Iowa), impulsa una enmienda para suavizar las restricciones a los créditos fiscales para energías renovables incluidas en el megaproyecto. La medida cuenta con el apoyo de senadores clave como Lisa Murkowski (Alaska) y Chuck Grassley (Iowa), quienes argumentan que las limitaciones actuales perjudicarían proyectos en sus estados.
El choque con la línea dura
El expresidente Donald Trump y aliados conservadores buscan eliminar subsidios a energías renovables, considerándolas «poco fiables». Sin embargo, desarrolladores y algunos republicanos advierten que las restricciones propuestas podrían frenar inversiones, aumentar precios de la electricidad y afectar empleos. «No hay justificación para gravar la producción energética nacional», criticó Mitch Carmichael, exvicegobernador de Virginia Occidental.
¿Votación simple o mayoría calificada?
El éxito de la enmienda depende de si el líder republicano Lindsey Graham permite una votación por mayoría simple (51 votos) o exige 60 votos. Mike Rounds (Dakota del Sur) declaró su apoyo, destacando que la energía eólica y solar son «críticas para el desarrollo de la inteligencia artificial».
Antecedentes: La sombra de la ley climática demócrata
El conflicto surge por los créditos fiscales establecidos en la Ley de Reducción de la Inflación de 2022 (promovida por los demócratas), que el ala conservadora republicana busca desmantelar. Trump presionó para endurecer los requisitos, pero senadores de estados con proyectos renovables piden flexibilidad.
Todo se decide esta semana
Si la enmienda fracasa, los moderados deberán elegir entre respaldar a Trump o aceptar el impacto económico en sus estados. Si triunfa, la Cámara Baja, controlada por conservadores, enfrentará presión para aprobar el megaproyecto antes del plazo del 4 de julio impuesto por el expresidente.