Hijos del presidente Arce acumulan fortuna mientras Bolivia empobrece
Los herederos del mandatario recibieron un crédito millonario en plena crisis económica. Las acusaciones de enriquecimiento irregular surgen mientras el poder adquisitivo de los bolivianos se reduce a la mitad. El escándalo pone en duda la honestidad del exministro de Morales, ahora enfrentado a su propio legado.
«De ministro a presidente: la sombra de una gestión cuestionada»
Luis Arce, ministro de Economía durante casi todo el gobierno de Evo Morales (2006-2019), heredó como presidente los problemas que ayudó a crear. «El desastre económico actual es producto de la política evista, de la que él fue responsable», señala el texto. Su gestión previa ya mostraba inconsistencias, como no contar con un seguro médico privado pese a sus altos ingresos.
La fortuna inexplicable
Mientras el poder adquisitivo de los bolivianos cayó más del 50%, los hijos del presidente accedieron a un crédito «abultado» bajo sospecha de tráfico de influencias. El autor exige transparencia: «Deben explicar cómo obtuvieron ese financiamiento». La institución bancaria también habría incumplido normas básicas.
El costo para los ciudadanos
La crisis afecta salarios, jubilaciones y ahorros, reduciendo a la mitad el patrimonio familiar promedio. Solo BOA mantiene precios artificiales, aunque «ya sabemos cómo se pagará ese déficit». La población sufre las consecuencias de decisiones que contrastan con el enriquecimiento de la familia presidencial.
Un pasado que alcanza al presente
Arce fue funcionario del Banco Central en gobiernos neoliberales antes de unirse a Morales. Su esposa dirigió el Banco Unión, consolidando ingresos «inimaginables para la mayoría». Sin embargo, su falta de previsión en salud y la actual crisis económica «ponen en duda su honorabilidad».
Entre la renuncia y la desconfianza
El autor descarta que Arce deje el cargo por riesgo electoral, pero afirma que el mandatario «no merece la menor confianza». La situación expone un patrón: «Justos pagan por pecadores», mientras la opacidad financiera de sus hijos agrava la crisis de credibilidad.