Bolivia enfrenta cambios en mercados de gas con Argentina y Brasil
YPFB negocia directamente con empresas privadas argentinas, mientras Brasil reduce su dependencia del gas boliviano. Los nuevos esquemas regionales podrían afectar la economía del país, según analistas. La situación se debate en un contexto de declive productivo y competencia con Petrobras.
Argentina abre su mercado, Brasil lo cierra
El 12 de junio, YPFB reinició exportaciones de gas a Argentina bajo contratos interrumpibles con empresas privadas (Trafigura y Gas Meridional). Este cambio responde a la «ley ómnibus» argentina, que promueve la participación privada. «El mercado de gas argentino se va a desarrollar», señaló el consultor Juan José Carbajales, aunque advierte que falta alinear intereses públicos y privados.
Brasil: de comprador a competidor
El analista Álvaro Ríos afirmó que Petrobras ya no depende del gas boliviano gracias al gas asociado del Presal (Ronda 13). «Bolivia tiene que ir a exportar a Argentina porque Brasil disminuye sus compras», explicó. Petrobras ahora busca comercializar su propio gas en el mercado brasileño, lo que reduce la demanda de Bolivia.
Un gasoducto ambicioso y costos altos
Argentina y Brasil proyectan un gasoducto de 1.000 km para transportar 30 MMm3d, pero el costo es elevado. Mientras, Brasil presiona para reducir los precios del transporte, que actualmente superan los $us 10 por millón de BTU, afectando la competitividad boliviana.
Vientos de cambio en la región
Bolivia mantuvo por décadas un modelo keynesiano en hidrocarburos, con YPFB como actor central. Sin embargo, la caída en producción y exploración, sumada a la competencia de Petrobras y los nuevos esquemas privados en Argentina, obligan a replantear estrategias. El contrato GSA con Brasil, vigente hasta 2027, ya no garantiza estabilidad.
Un futuro incierto para el gas boliviano
La situación expone la vulnerabilidad de Bolivia ante cambios regionales. Mientras Argentina ofrece oportunidades puntuales, Brasil se consolida como competidor. Los analistas insisten en que el país debe adaptarse a un mercado más dinámico y menos dependiente de contratos estatales.