Afganistán atrae turistas pese a las restricciones del gobierno talibán
Casi 9.000 extranjeros visitaron el país en 2024. El régimen promueve el sector como alternativa económica, aunque mantiene prohibiciones para mujeres locales. La seguridad mejoró tras el fin de la ocupación extranjera, pero persisten ataques esporádicos.
«Turismo para reactivar una economía en aislamiento»
El viceministro talibán de Turismo, Qudratullah Jamal, aseguró que la industria genera «ingresos considerables» y llega a más capas sociales que otras actividades. El país, con 41 millones de habitantes, sufre pobreza extrema tras décadas de guerra y sanciones internacionales por las políticas contra las mujeres.
Oferta y facilidades
Los visados son «rápidos y fáciles» de obtener, con vuelos desde Dubái o Estambul. El gobierno creó un instituto de formación en hostelería, aunque solo para hombres. En 2024 llegaron 9.000 turistas, y 3.000 más en el primer trimestre de 2025, según datos oficiales.
Seguridad y riesgos
Jamal afirma que hay «seguridad integral», pero en mayo de 2024 un ataque del Estado Islámico en Bamiyán mató a tres turistas españoles. Occidente mantiene advertencias de viaje, aunque la violencia disminuyó tras la retirada de las tropas estadounidenses en 2021.
Un imán con polémica
Critican que viajar allí normalice un régimen que niega educación secundaria a las niñas y les prohíbe parques o gimnasios. Turistas como Illary Gómez (franco-peruana) justifican su visita: «El dinero va a la gente, no al gobierno». Las extranjeras deben usar velo, pero evitan otras restricciones.
De campos de batalla a destinos exóticos
Cuatro décadas de guerra ahuyentaron al turismo, pero la estabilidad relativa bajo el Talibán —en el poder desde 2021— permite mostrar paisajes montañosos y ruinas históricas, como los nichos de los budas de Bamiyán, destruidos por el grupo en 2001.
¿Puente diplomático o lavado de imagen?
El gobierno insiste en que el turismo «acorta distancias culturales» y favorece el comercio. Sin reconocimiento internacional, busca legitimidad atrayendo visitantes, aunque sin modificar sus políticas internas. Los beneficios económicos podrían consolidar su control.