Andrónico Rodríguez lanza su candidatura presidencial con Mariana Prado
El presidente del Senado ratificó a Prado como su binomio y criticó a opositores. El acto en La Paz reunió a simpatizantes de Alianza Popular. Rodríguez aseguró que su programa económico está liderado por su compañera de fórmula.
«Soy de la clase popular»: el discurso de Andrónico
En su primer mitin como candidato, Andrónico Rodríguez se presentó como «hijo de una madre de pollera y un padre agricultor», enfatizando sus raíces humildes. «Hemos compartido luchas y victorias», declaró ante seguidores en la Plaza Villarroel, donde una ofrenda a la Pachamama culminó con una explosión simbólica de cenizas y astillas.
El rol de Mariana Prado
La exministra fue ratificada como vicepresidenciable, aunque su participación se limitó a saludar y repartir hojas de coca. Andrónico la describió como «el cerebro del plan económico» y la estrategia de gobierno, aunque ella no intervino en el discurso.
Ataques y urgencia electoral
Rodríguez criticó a Evo Morales y Luis Arce por «amenazar las elecciones» y a la oposición por representar «un retroceso». Admitió que tiene «50 días para posicionar su candidatura» y pidió defender las conquistas del «bloque nacional popular» de los últimos 15 años.
Apoyo y simbolismo
El acto congregó a organizaciones sociales, mineros y jóvenes, con banderas celestes y blancas de Alianza Popular. Los gritos de «¡Andrónico, presidente!» dominaron el escenario, mientras el candidato, de 36 años, se perfila como una alternativa joven frente al MAS y la oposición tradicional.
Una campaña contra el reloj
Bolivia enfrenta elecciones en un contexto de crisis económica y polarización. Andrónico busca capitalizar el descontento hacia el oficialismo y la oposición, aunque su tardío lanzamiento y la sombra de figuras como Morales y Arce marcan su desafío.
El pueblo decidirá en octubre
La eficacia de su mensaje populista y la consolidación de su alianza con Prado determinarán si logra posicionarse como tercera vía. Los comicios del 2025 definirán si el discurso de «defensa de las conquistas sociales» cala en el electorado.