Bolivia llega sin cumplir compromisos a la cumbre del MERCOSUR
El país no presentó el cronograma de adhesión exigido en 180 días. Participará como «miembro en proceso» sin derecho a voto en la 66.ª Cumbre, que se celebra el 3 de julio. La Cancillería no ha transparentado avances pese al apoyo financiero ofrecido por organismos internacionales.
«Un protocolo ratificado, pero sin tareas cumplidas»
El presidente Luis Arce entregó en julio de 2024 el Protocolo de Adhesión al MERCOSUR, que entró en vigor 30 días después. «El plazo de 180 días para presentar un plan de incorporación normativa ya venció», sin que la Cancillería informe sobre su avance. La canciller Celinda Sosa solo mencionó apoyo financiero de la CAF y FONPLATA, pero sin detalles técnicos.
La sombra de la improvisación
El gobierno despidió a funcionarios capacitados por la OMC, que podrían liderar el proceso. «El conocimiento técnico fue reemplazado por designaciones discrecionales», critica el texto. La Cancillería recurrirá a consultores externos, un método que ha generado informes archivados en el pasado.
Diplomacia sin rumbo ni memoria
El artículo denuncia falta de continuidad en la política exterior: «Los cargos se reparten por afinidad, no por méritos». Esto ha creado una rotación alta y ausencia de estrategia, llevando a una diplomacia «reactiva y ceremonial». La adhesión al MERCOSUR exige expertise negociador, pero el gobierno margina a los profesionales formados.
De Ginebra al olvido
Bolivia contó con becarios en la OMC, formados en comercio internacional durante décadas. Sin embargo, esos cuadros técnicos fueron removidos, bajo el argumento oficial de que «la meritocracia genera exclusión». Otros países, en cambio, aprovechan a estos expertos para formar nuevas generaciones.
Navegando sin brújula
La falta de planificación y capital humano cualificado retrasa la integración real al MERCOSUR. Asistir sin cumplir los compromisos «es una falta de respeto al bloque», señala el texto. La diplomacia boliviana, sin rumbo claro, arriesga convertir al país en un espectador ornamental de la región.