Standard & Poor’s rebaja la calificación de Bolivia a CCC- por riesgo de impago
La agencia advierte que el país podría incumplir pagos en 2026 sin dólares frescos. El Gobierno reconoce la crisis pero asegura haber pagado el 38% de la deuda este año. La polarización política y la falta de financiamiento externo agravan la situación.
«Alerta roja» para la economía boliviana
Standard & Poor’s (S&P) degradó la calificación de riesgo de Bolivia a CCC-, una de las más bajas del mundo, con perspectiva negativa. «El país enfrenta riesgos crecientes para honrar sus compromisos», señaló la agencia. La escasez de reservas internacionales, la inflación y la tensión política antes de las elecciones de agosto son los motivos clave.
Falta de liquidez y bloqueo político
Bolivia tiene las reservas más bajas en 20 años y dificultades para acceder a créditos externos. S&P destacó que los conflictos en la Asamblea Legislativa Plurinacional (ALP) y la inclusión en la lista gris del GAFI ahuyentan inversiones. «El Gobierno necesita $us 2.600 millones para financiar al Estado este año», admitió el ministro de Economía, Marcelo Montenegro.
Postura del Gobierno
Montenegro coincidió con S&P en que la «ingobernabilidad política» profundiza la crisis, pero negó un default inmediato: «Hemos pagado $us 585 millones de deuda externa en 2025». Reconoció, sin embargo, que sin acuerdos legislativos para nuevos créditos, el riesgo de impago futuro aumenta.
Antecedentes: Un coctel explosivo
Bolivia arrastra una severa escasez de combustibles y dólares, sumada a alta inflación. En 2022, S&P ya había rebajado su calificación a «B». Ahora, con vencimientos clave en 2026 —como $us 400 millones en bonos soberanos—, el país tiene el segundo riesgo país más alto de América, según economistas.
¿Se puede evitar el precipicio?
La solución inmediata, según expertos, pasa por desbloquear créditos externos en la ALP. Fernando Romero, del Colegio de Economistas de Tarija, advirtió: «Nadie comprará nuestros bonos sin garantías». El Gobierno insiste en que honrará sus deudas, pero la credibilidad internacional sigue en entredicho.