Ross Minor, gamer ciego, impulsa la accesibilidad en videojuegos
El consultor de 27 años colabora con estudios como Rare y Xbox. Tras perder la vista a los 8 años por un tiroteo, Minor aprovecha su experiencia para adaptar juegos mediante sonidos y tecnología. Su canal de YouTube supera los 33.000 seguidores.
«No quiero inspiración, quiero juegos jugables»
Minor descubrió que podía navegar en Pokémon Ruby gracias a los sonidos de choque contra paredes y los gritos únicos de las criaturas. «Eso me hizo entender que los juegos podían ser accesibles sin estar diseñados para ello», explica. Ahora asesora a desarrolladores para integrar sistemas de audio que permitan a personas ciegas jugar sin ayuda.
De la tragedia a Twitch
El estadounidense perdió la visión en 2006 cuando su padre disparó contra él y su hermano, que falleció. Con una beca universitaria financiada por donaciones, Minor se formó en diseño de juegos y programación. Sus consultorías en títulos como Sea of Thieves incluyen soluciones creativas, como amplificar el sonido de las olas para detectar rocas.
Los límites de la industria
Aunque estudios como Netflix o Xbox han trabajado con él, Minor critica la falta de estándares en motores de juego. «Muchas compañías ofrecen pagos simbólicos o créditos sin remuneración», denuncia. Su mentor, Brandon Cole, logró avances en The Last of Us 2, pero falleció en 2024 dejando un vacío en el activismo.
«Ser discapacitado es caro»
Minor combina sus ingresos como consultor con subsidios estatales y donaciones. La fundación del youtuber MrBeast le proporcionó equipo para streaming, pero enfrenta el dilema de contenido viral: «Un video sobre mi perro guía tiene más vistas que uno explicando accesibilidad».
Heridas que no cierran
El tiroteo que lo dejó ciego también fracturó su relación con su madre. «Ella decía que los videojuegos eran una pérdida de tiempo», recuerda. Pese a su éxito, Minor busca un empleo estable en un estudio: «Quiero influir en el diseño desde dentro, no ser solo un parche».
El reto sigue en pie
Mientras prueba God of War: Ragnarok en directo, Minor se atasca en un salto sin indicación sonora. «Sin ayuda, aquí terminaría mi partida», admite. Su meta es que cada juego incluya opciones para ciegos desde su desarrollo, no como añadidos posteriores. «Ya no siento que grite al vacío», concluye.